Vigo estrena un sistema pionero contra el tráfico de uranio enriquecido

El Puerto de Vigo (APV) será protagonista de un proyecto de control pionero a nivel mundial tras el convenio de colaboración aprobado ayer por el consejo de administración de la Autoridad Portuaria y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, para instalar en la terminal viguesa un macroescáner de contenedores. Será capaz de traspasar superficies como el plomo, y puede detectar uranio enriquecido transportado de forma ilegal, material capaz de fabricar las llamadas "bombas sucias" nucleares. Dicho acuerdo está en fase muy preliminar, por lo que aún no se ha detallado el coste del sistema pero ya hay un compromiso firme.

Este macroescáner utiliza unas subpartículas presentes en los rayos cósmicos, denominados muones, con gran capacidad de penetración. De este modo, además de poder detectar altos pesos atómicos, pueden traspasar elementos como el plomo, del que se suele revestir el uranio enriquecido para evitar que se detecte.

El anuncio lo hizo ayer el presidente del Puerto, Enrique López Veiga, quien aseguró en varias ocasiones que "no hay precedentes" en ningún puerto del mundo de instalación de este tipo de sistema de control, si bien es cierto que "se están haciendo pruebas".

El acuerdo con CDTI destaca en su enunciado que la detección de material nuclear especial escondido en los contenedores de carga es crucial para garantizar la seguridad nuclear internacional y que las técnicas comerciales existentes en inspección -monitores gamma- son ineficaces cuando está blindado. En 2018, señala el texto del convenio, se detectaron en todo el mundo 103 casos de incidentes relacionados con materiales que pueden ser usados dispositivos de dispersión radiológica, conocido como “bomba sucia”: tienen un enorme potencial de consecuencias críticas en el ámbito humano, económico, psicológico y social en terrorismo internacional.

El protocolo firmado asegura que el reto pasa por superar las limitaciones de los equipos de rayos X y sus inconvenientes, siendo el primero que son dañinos para los seres humanos, y que carecen de capacidad de penetración absoluta en líquidos o en 40 centímetros de acero. El convenio plantea la busca la mejora de las capacidades del puerto de Vigo y de las administración en general para realizar inspecciones no invasivas al tráficos de contenedores portuarios, "evitando el sistema que usa radiación ionizante, con el objetivo de detener, prevenir y disuadir de delitos relacionados con el tráfico nuclear y aumentar así la seguridad del tráfico de mercancías en los puertos españoles".

Habrá tres fases en el desarrollo: la primera (fase 0), la exploración del mercado y análisis de requisitos con búsqueda de soluciones tecnológicas en la industria. En la fase 1 se realizará un trabajo de campo en el que observarán el funcionamiento y necesidades de la APV y se recopilarán todos los datos. Al final se presentará una versión de la solución propuesta. En la fase 2 finalmente se desarrollará un prototipo.

Otro escáner, éste de EE UU

En 2012 se instaló en el puerto otro gran escáner para el control de la mercancía de los contenedores destinados a la exportación. Fue instalado por el Gobierno de Estados Unidos: todas la carga que cruza el Atlántico es antes controlada.

La lucha contra los polizones, en la agenda como prioridad

Enrique López Veiga destacó que el hecho de que el Puerto pueda contar con un escáner de última generación como el ayer anunciado es "decisivo" porque las navieras eligen terminales que destaquen por su seguridad tanto en el control de mercancías como en el de polizones. Insistió en que este último aspecto es clave para garantizar que las operaciones de las grandes empresas se decanten por Vigo. En el pasado, hace dos años, reciente hubo varias invasiones del ámbito portuario y una red de albaneses que utilizaba Guixar para embarcarse de forma ilegal hacia Canadá, país que cuenta con una línea mercante directa con el puerto vigués. Dicha red, desmantelada por la Guardia Civil de fronteras, contaba con un enlace y los polizones pagaban de mil a 5.000 euros y se hospedaban en hostales a la espera de saltar la valla y lograr introducirse. Al parecer, el operativo se ha traslado a Santander, donde se han contabilizado miles de polizones, lo que ha afectado a sus rutas, entre ellas el ferri con Irlanda, que acaba de ser anulado por dicho motivo y trasladada su base a Bilbao. n