Un vestidor andaluz asesora a la Cofradía de Jesús del Silencio

La iglesia de Santiago de Vigo luce ya con varias imágenes vestidas para el tiempo de Difuntos y de Todos los Santos

Jesús del Silencio, en morado y oro.
Jesús del Silencio, en morado y oro.

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio y Virgen de la Amargura acaba de vestir a las imágenes que custodia con los colores propios del tiempo litúrgico. En este caso predomina el negro porque noviembre es el mes de los Difuntos y la celebración de la festividad de Todos los Santos.

El cambio de ropajes según el calendario litúrgico es una tradición no documentada pero que los cofrades quieren impulsar para despertar el interés de los fieles y para animarles a participar en la vida de esta asociación.

Es también un guiño a la Semana Santa de Andalucía, a la que tratan de imitar.

Hasta fecha reciente, estas grandes imágenes se limitaban a participar en las procesiones de la Semana Santa viguesa, con una cuidadosa preparación previa, mientras el resto del año permanecían expuestas en la iglesia correspondiente o en un almacén. A partir de ahora cobrarán un mayor protagonismo porque las vestirán en distintas épocas del año coincidiendo con el Adviento, la Navidad, la Cuaresma, la Pascua y en otras festividades.

La Cofradía del Silencio vistió para la ocasión las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Silencio en morado y oro, la Virgen de la Amargura en negro y con un manto nuevo, y San Juan Evangelista, también de luto y con un traje y capa nuevos.

Para realizar esta tarea contaron por segundo año consecutivo con la colaboración del vestidor andaluz Miguel Ángel Sevilla, de la Cofradía del Cautivo.

En Andalucía es muy habitual la figura del vestidor, personas con mucha experiencia en la colocación de los ropajes y en algunos casos en la confección. Explica que en su cofradía hacen diez cambios de ropa al año y que se ocupa personalmente de vestir a una docena de imágenes.

Sevilla acudió a Vigo a petición de la Cofradía del Silencio porque “querían darle un poco la vuelta, las imágenes están vestidas muy austeras y muy básicas, y querían adaptarse un poco al estilo andaluz”. En Vigo confeccionaron alguna ropa y Miguel Ángel Sevilla les ayudó a colocarla. La parte más difícil a la hora de vestir a la Virgen es el rostrillo (un adorno que se coloca alrededor de la cara de las imágenes de la Virgen), porque “no es una pieza confeccionada, es un encaje suelto y le tienes que dar forma sobre la imagen con un alfiler”.

Preguntado por las imágenes de la Cofradía Nuestro Padre Jesús del Silencio y Virgen de la Amargura, afirma que “son muy bonitas y tienen una buena calidad artística”. Si tiene que elegir su favorita, señala que la que más le gustó es la Virgen de la Dolorosa, que no está en la iglesia sino en la sede de la entidad.

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