El Tren Celta entre Vigo y Oporto regresa obsoleto y con más retrasos

La ruta ferroviaria transfronteriza cuenta con nuevos horarios pero con agravados problemas de lentitud

Vuelve el Tren Celta, que cubre la ruta Vigo Oporto, obsoleto y con más retrasos

El tren Celta vuelve a conectar Vigo y Oporto. Tras cuatro meses donde pasajeros tenían que realizar un transbordo en Viana do Castelo, Comboios de Portugal rectificó en su decisión y, además, con nuevos horarios. La parte negativa: los mismos problemas en el funcionamiento. Lento, obsoleto y sin mucha demanda entre semana. Esto hace que pierda competitividad respecto al autobús, con un servicio más nuevo, mayores frecuencias y más rapidez.

Ya es costumbre que el tren de la serie 592 de Renfe no llegue a su hora, pese a contabilizar 116.000 pasajeros el año pasado. Ayer, por ejemplo, lo hizo casi media hora más tarde de lo previsto en su servicio tempranero de las 8:10 horas. Algo que usuarios habituales lo catalogaron como un retraso “normal” en un servicio que “deja mucho que desear”. En concreto, fueron críticos con la comodidad de unos asientos poco aconsejables para pasar una travesía de más de dos horas de duración y de los tiempos del viaje, eternos si el trayecto se realiza para una gestión importante. “Voy al hospital a ver un familiar y me gustaría que el tren llegase a su hora”, declaraba un pasajero tras bajarse ayer del Tren Celta, en tono irónico. Su próximo viaje, afirma, será en autobús.

La pequeña reestructuración en el servicio transfronterizo no agradó. El viaje pasa a durar 10 minutos más al añadir la parada de Barcelos (de 2 horas y 20 minutos a 2 horas y 30 minutos) eso sin contar los continuos atrasos, fruto de un convoy que ya ha vivido épocas mejores. Sus más de 40 años de antigüedad abrió un pequeño cisma entre las dos empresas ferroviarias de un lado y otro de la frontera. Comboios cuenta con el alquiler de los trenes serie 592, arrendados a Renfe y sin esclarecer todavía quien debe encargarse de su mantenimiento. Al alcanzar su vida útil, aproximadamente de 40 años, los costes para sus reparaciones se elevan notablemente y el tren deja de ser servible. Eso llevó a la empresa lusa a decidir, el pasado agosto, cortar la travesía. De Vigo a Viana do Castelo operaría en Tren Celta y, de Viana o Oporto, un tren propiedad de Comboios.

Los horarios se han modificado ligeramente. Los servicios de la mañana seguirán como anteriormente, con salida de Oporto-Campanhã a las 8:10 horas y llegada a Vigo (presumiblemente) a las 11:44 horas. En sentido contrario, partirán desde la estación temporal de Guixar a las 8:58 horas y llegará a la ciudad lusa a las 10:24 horas. En las operaciones vespertinas, el tren que parte desde la estación viguesa se adelanta casi dos horas, hasta las 18:05 horas, mientras que el Oporto-Vigo se realiza a las 19:10 horas.

Dos servicios por sentidos, lentos, incómodos y con retrasos habituales. Esto choca con la variedad en horarios que existe en un viaje por carretera. El autobús se convierte en el medio de transporte más deseado para conectar Vigo y Oporto debido a sus mejores prestaciones. El tiempo de viaje prácticamente es el mismo, aunque se registran muchos menos retrasos. Además, existen hasta 17 servicios al día operados por cuatro compañías. Desde las 4:30 horas de la mañana, partiendo desde la estación de autobuses de Vigo, hasta casi medianoche. Prácticamente la totalidad de esos viajes, además, cuenta con una parada en el aeropuerto Sá Carneiro, lo que suma un valor añadido. Tanto tren como autobús tienen parada en Campanhã, un barrio algo alejado del centro de Oporto, aunque dos servicios por carretera cuentan con parada en la Casa da Música, más céntrica (a las 04:30 y a las 17:30horas). Más valor añadido. Los precios también decantan la balanza para el autobús. Salvo promociones esporádicas, en Tren Celta cuesta 16,25 euros el trayecto, mientras que el autobús oscila entre los 8 y los 16 euros.

El futuro: declive, nuevos trenes o esperar a la salida sur

El futuro de la conexión ferroviaria con Oporto afronta en próximos años un pequeño terremoto. Tanto Renfe como Comboios son conocedores de que el servicio, pese a contar con buenos números en 2024, no está siendo el mejor y que la serie 592 está más que amortizada. Por tanto, quedan tres opciones: continuar con el mismo servicio y ver su declive, alcanzar un acuerdo para arrendar nuevos trenes o que alguna de las nuevas adquisiciones próximas de Comboios sea destinada a esa línea, o esperar a la salida sur desde Urzaiz en alta velocidad.

La primera opción cuenta con los puntos en contra de la falta de puntualidad del tren (por debajo del 50%) y con la antigüedad del convoy, lo que aumenta la posibilidad de accidentes y fallos en el sistema. La segunda puede llegar a ser la más probable. Comboios de Portugal adquirió a la empresa suiza Stadler, con taller en Valencia, la fabricación de 22 trenes para evitar así arrendar más convoyes a Renfe. Este contrato se firmó en octubre de 2020, con la posibilidad de contar con los trenes en un plazo de 5 años. La dana en Valencia provocó inundaciones en el taller y eso retrasó la fabricación. Por tanto, se espera que estén disponibles para el primer semestre de 2026, aunque no se conoce su distribución por el territorio luso.

La tercera posibilidad viene dada por una nueva línea del alta velocidad para conectar Vigo y Oporto a través de la salida sur. Pero los lentos avances a ambos lados de la frontera hace que los plazos se retrasen cada vez más. Ahora, un horizonte realista sería poder contar con la infraestructura en el año 2035.

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