Una semana después del cerrojazo, los comerciantes y hosteleros de Vigo se "adaptan": sólo abren para "take away" el 5% de bares
LA TERCERA OLA DEL COVID
Hosteleros y comerciantes adaptan sus negocios al nuevo día tras la entrada en vigor de las restricciones aprobadas por la Xunta, que llevaron al cierre al 95% de los bares y restaurantes de la ciudad
La hostelería y el comercio de Vigo todavía sufren el impacto de las últimas restricciones aprobadas por la Xunta hace una semana. Los bares y cafeterías tratan de adaptarse a la venta para llevar como forma de evitar el cierre, mientras que numerosos comercios modifican sus horarios de apertura ante el cierre obligado a todos los negocios no esenciales a partir de las 18 horas.
"El tiempo va pasando y la situación es cada vez más dura", reconoce César Sánchez Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hosteleros (Feprohos). Durante los primeros días del cierre, numerosos establecimientos mantuvieron sus puertas abiertas para vender cafés y comida para llevar, sin embargo no todos pudieron aguantar de esta forma.
Una semana después de que se impidiera atender a los clientes en el interior de los locales y en las terrazas, hay 111 establecimientos abiertos en Vigo, poco más del 5% del total, según los datos de Feprohos, un porcentaje que se reduce en las afueras de la ciudad.
Comerciantes como María Carnero, de la mercería As Cousiñas de Nia aseguran que "el cierre de la hostelería también nos está afectando a nosotros, porque hay mucho menos movimiento".
Estas restricciones se suman al cierre perimetral y a la recomendación de las autoridades sanitarias a la población de que se autoconfine. Ante esta situación, los hábitos de los compradores también están cambiando, convirtiendo a productos como las zapatillas o los pijamas en los más demandados en comercios como la mercería de Carnero.
María, As Cousiñas de Nia
"La gente ya no se anima a gastar tanto como antes"
María Carnero, de la mercería As Cousiñas de Nia, se ha visto obligada a adaptar el horario de su negocio ante las nuevas restricciones que afectan al comercio. En su caso, ha optado por cerrar una hora más tarde por la mañana y no abrir durante la tarde. "No me compensa hacerlo para estar una hora y no lo podía adelantar porque tengo una niña pequeña y necesito darle la comida", asegura. Por lo demás, señala que "la gente viene menos por aquí y además no se anima tanto a gastar como antes". Los efectos de la pandemia también se están notando en los productos que más se piden en su mercería. "Al pasar mucho más tiempo en sus casas, los clientes nos están pidiendo más cosas de labores, hilos, agujas, además de pijamas, zapatillas o calcetines", apunta.
Verónica, Tapería Solmira
"Gracias a los cafés para llevar podemos ir tirando"
En la tapería Solmira, situada en la avenida de Castrelos, hacen frente a las restricciones que vive el sector café a café. Gracias a que se permite servir para llevar, Verónica ha podido conservar su trabajo como camarera en este establecimiento. "De esta manera podemos ir tirando", asegura. Reconoce que las situación está muy lejos de ser óptima para un sector que está sufriendo con especial dureza los efectos de la pandemia, pero "dentro de lo que cabe estamos trabajando bien". Los hábitos cambian y los clientes habituales se adaptan a la nueva realidad en la hostelería. "La gente poco a poco se está acostumbrando a pedir las cosas para llevar, parece que está funcionando", reconoce la camarera de esta tapería que gracias a la venta para llevar sigue abriendo mañana y tarde.
Guillermo, Barbería Savoy
"Se cancelan muchas citas por positivos o cuarentenas"
En aquellos negocios que no se ven afectados por las restricciones aprobadas por la Xunta también notan los efectos de la pandemia. "Está todo muy raro, se cancelan muchas citas por positivos o cuarentenas", asegura Guillermo Silva, de la Barbería Savoy. Las peluquerías no están obligadas a cerrar sus puertas a partir de las 18 horas como ocurre con el comercio no esencial, por lo que han podido mantener su horario habitual, de hecho, "en nuestro caso la gente viene más cuando puede dejar de trabajar, entonces tenemos más afluencia de trabajo a partir de las 6, que es cuando cierran el resto de comercios", apunta Guillermo. Aún así, "hay menos carga de trabajo y más gastos como el gel hidroalcohólico y la desinfección", por lo que han tenido que reducir la jornada de uno de sus peluqueros.
José y Lucía, café Hollywood
"Entendemos que lo primero siempre tiene que ser la salud"
Los hosteleros están sufriendo con especial dureza las consecuencias del aumento de los contagios durante la tercera ola del covid, sin embargo, José de la cafetería Hollywood, donde trabaja junto a su hija Lucía, reconoce que "lo primero siempre tiene que ser la salud, entiendo que los hosteleros tengamos que cerrar ante una situación así". Sin embargo, recuerda que aunque se deban tomar medidas como estas, también tienen que comer. Durante esta semana, José ha optado por abrir su cafetería para servir para llevar, ya que "siempre será mejor que estar de brazos cruzados en casa". Reconoce que la gente acude hasta su local para tomar algo por el camino. "Por la mañana aún vendemos algún café, pero por la tarde el panorama ya no es el mismo", afirma José.
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