Una segunda oportunidad para personas con discapacidad en Vigo

Lorena, Alicia, Leticia y Deyse gozan de un empleo estable gracias al grupo social de la ONCE, que apoya en Vigo a cientos de personas con discapacidad cada año tanto en el plano laboral como en el personal

Leticia Pichel, Deyse Barros, Lorena Fernández y Alicia Rodríguez, frente a la sede de la ONCE.
Leticia Pichel, Deyse Barros, Lorena Fernández y Alicia Rodríguez, frente a la sede de la ONCE.

El grupo social de la ONCE ayuda cada año en Vigo a cientos de personas con discapacidad –solamente la propia Organización Nacional de Ciegos tiene 933 afiliados en la ciudad– en todo aquello que necesiten, desde apoyo psicosocial hasta inserción laboral para que estas personas puedan gozar de un empleo estable en un puesto de trabajo realmente adaptado a sus circunstancias personales. De esto último pueden dar cuenta Lorena Fernández, Deyse Barros, Alicia Rodríguez y Leticia Pichel, tres mujeres del área de Vigo que gozaron de una segunda oportunidad laboral gracias a los diferentes programas con los que cuenta el grupo social ONCE en la ciudad.

Deyse Barros es una de las 200 vendedoras del cupón de la ONCE que realizan su ruta por Vigo y su área. Esta joven reparte ilusión –y algún que otro premio– en Arcade, Soutomaior y O Viso desde hace ya un año. Fue hace ya seis cuando, a causa de un accidente de tráfico, perdió una pierna. Desde entonces, descubrió que, de todos los empleos que intentó conseguir, ninguno estaba realmente adaptado a su condición: “Aunque te digan que hay trabajos adaptados, no existen. Siempre te mandan coger peso o cualquier otra cosa. No pude trabajar durante todos esos años”. Deyse pudo seguir adelante mientras tenía reconocida la incapacidad absoluta, pero la Seguridad Social le retiró esta condición hace un año. “Fue entonces cuando descubrí que podía optar a ser vendedora de la ONCE y desde que entré, ha sido una experiencia muy buena”, explica. Además, tuvo la suerte de haber entregado un premio al poco tiempo de empezar, “y eso lo hizo mucho más llevadero”. A día de hoy, afirma que “si no llego a descubrir que podía conseguir empleo en la ONCE, estaría muy mal”.

Leticia Pichel, que sufre síndrome de estrechez torácica superior, lo cual le impide levantar el brazo totalmente y coger pesos, tenía mucha ilusión por trabajar en el sector de la automoción: “Yo trabajé de todo, estaba en la hostelería y me harté, y me empeñé en entrar en la automoción”. Tras una entrevista frustrada, en 2016 pidió una oportunidad a través de Ilunion: “Sé que me iban a decir que no tenía la experiencia, pero el chico de Ilunion me dijo que esa era la actitud y me dio la ocasión de comenzar como operaria”, explica Leticia, que tras varios ascensos es responsable de una unidad en Stellantis. “Desde que me dieron la oportunidad me trataron fenomenal, ha sido una experiencia maravillosa. Pude ir creciendo y avanzando”, comenta la joven, agradecida porque “siempre creyeron en mí”. Antes de recurrir a Ilunion –asocicación que forma parte del grupo social de la ONCE y que da trabajo a un gran número de personas con diversas discapacidades–, comenta que el proceso de buscar trabajo era “frustrante” porque, aunque su discapacidad no se nota a simple vista, es algo que no puede esconder ya que le supone varias limitaciones. “Entonces no sabía si mandar el currículum diciendo que tenía una discapacidad o no”, añade. Ahora, Leticia es feliz en el trabajo por el que tanto luchó para conseguir.

Alicia Rodríguez, operada de la columna vertebral y con un 36% de incapacidad reconocida, pasó durante varios años por varias tiendas –trabaja de dependienta– antes de llegar a su puesto actual, de la misma ocupación, pero con una estabilidad con la que no contaba y unas condiciones realmente adaptadas a su discapacidad, que le impide coger peso y hacer esfuerzos. Esto fue posible gracias a Inserta empleo, el programa de inserción laboral para personas que sufren alguna discapacidad del grupo social ONCE. “Al no ser una condición tan visible, yo tenía más posibilidades de encontrar trabajo, pero gracias a Inserta encontré este, que me ha ofrecido estabilidad”, apunta Alicia, que agradece la labor del grupo social porque “está muy bien contar con más opciones porque al tener una discapacidad te limita lograr un empleo por tu cuenta”.

Lorena Fernández es la subdirectora del centro de la ONCE en Vigo y responsable del área de Servicios Sociales. Con discapacidad visual de nacimiento, logró tener éxito en los estudios gracias al apoyo de la ONCE, que la ayudó en todo lo posible desde que entró al colegio. Estudió tres carreras y ahora trata de devolver, trabajando para la asociación todo lo que esta le dio “para hacer la vida de la gente lo más fácil posible”. Destaca que la institución ayuda a sus 933 afiliados en Vigo y su área “a través de una red de servicios que van desde el apoyo psicosocial o la rehabilitación visual a la adaptación de electrodomésticos o a las tecnologías”.

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