Sara Lorenzo: “Ayudamos a personas con discapacidad intelectual en su plan de vida elegido”

Directora técnica del Hogar y Clínica San Rafael

La directora técnica, Sara Lorenzo.
La directora técnica, Sara Lorenzo.

El Hogar y Clínica San Rafael acaba de poner en marcha un proyecto para favorecer la vida independiente de personas con discapacidad intelectual y para promover su inclusión en la comunidad. El proyecto Viver, subvencionado por la obra social de la Orden de San Juan de Dios, se aleja del modelo de institucionalización tradicional.

¿Cuál es la filosofía?

Las personas con discapacidad intelectual tienen los mismos derechos que cualquier otra persona. Nuestra forma de acompañar y los servicios y recursos de los que disponemos tienen que adaptarse a los cambios que se producen en la sociedad. El proyecto nace para dar respuesta a las necesidades de formación, de inclusión laboral, de participación comunitaria, normalización y dignificación de las personas con discapacidad intelectual y, sobre todo, para que cada uno pueda trabajar en su plan de vida elegido.

¿Obedece también a un cambio legislativo?

La ley cambia en 2021. Se termina con la palabra tutor, en la que la persona no tenía capacidad para decidir, y ahora lo que prevalece es la decisión de la persona con discapacidad intelectual, aun necesitando apoyos y acompañamiento en la justa medida para cada persona. Nosotros tenemos que dar respuesta a eso.

¿Qué se hará con el piso de Gran Vía?

Las personas que vivan allí van a tener apoyos completamente individualizados para acompañarles en su plan de vida elegido. Ya no se tratará solo de trabajar en actividades básicas de la vida diaria, en saber llevar un hogar o la limpieza. Va más allá. Será una vivienda en la que se trabaje la participación, la inclusión, la formación, las oportunidades laborales y el desarrollo completo de la persona. Contamos con una educadora social y una integradora social para facilitar esos apoyos.

¿Qué otras líneas de trabajo tendrán?

No damos respuesta solo a las personas con plaza residencial en San Rafael, se extiende también a los que participan de nuestros servicios de atención diurna. A lo mejor trabajando con ellos en esta línea de desinstitucionalización, de desarrollo personal, facilitando herramientas para que su participación comunitaria y su inclusión sea lo más real posible, nos evitamos que a futuro entren con plaza residencial en una entidad como la nuestra.

¿Hay algún perfil para participar en el proyecto?

El proyecto nace para personas entre los 18 y los 45 años, una edad en la que las oportunidades laborales pueden ser un poco mayores, pero no nos queremos quedar ahí. El proyecto está en una primera fase de puesta a punto, pero la intención es que pueda participar cualquier persona, sin importar el perfil porque son apoyos para garantizar su derecho a la participación comunitaria, a la inclusión y a tener una vida elegida.

¿Cómo lo reciben ellos, porque vienen de unas rutinas muy marcadas?

Durante muchos años se entendía que las personas con discapacidad intelectual no tenían capacidad para tomar decisiones, entonces nos acostumbramos a nuestro entorno y a cómo nos enseñan a vivir. El hecho de que tú ahora puedas decidir no es tan fácil de entender. Nosotros tenemos ahí un trabajo bastante potente en esta primera fase, lograr que se empoderen para que sepan que pueden decidir y que su decisión va a estar bien. Nuestro trabajo es ofrecer información de todas las alternativas para que puedan decidir de forma adecuada.

¿Están asustados?

Están un poco a la expectativa, creen que no saben, pero estamos ahí para echarles una mano. Creo que les asusta y les motiva a partes iguales.Hay personas que llevan 20 años viviendo en San Rafael y de repente les das la oportunidad de compartir piso y tomar sus decisiones. Es también ilusionante, se sienten escuchados y ven que pueden hacerlo.

¿Les dan apoyo para el empleo?

Tenemos la figura del facilitador en el empleo que les da un apoyo individualizado, es bueno para las empresas y es bueno para las personas con discapacidad intelectual. Les da seguridad.

¿Cómo debemos tratarlos para facilitar esa vida comunitaria?

Se trata de percibir a la persona que tienes enfrente con la misma dignidad que tú entiendes para ti y para que la comunicación sea efectiva hay que hacer como con cualquier persona, observación, escucha activa y empatía. No hay más.

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