La sanidad de Vigo paga al año 9 millones de factura de la luz

Los edificios del área sanitaria de Vigo, incluidos hospitales, centros de salud y la sede administrativa de García Barbón, pagaron el año pasado más de 9,4 millones de euros en consumos energéticos.

El 65% de esta cantidad fue para la factura energética del Hospital Álvaro Cunqueiro, con sus 285.000 metros cuadrados de superficie construida.

La electricidad sigue siendo la principal fuente de energía de la sanidad pública viguesa, con un coste de 7,7 millones de euros en este apartado, aunque ya se están empezando a extender las energías alternativas como las calderas de biomasa que se instalaron en los edificios de reciente construcción como el Cunqueiro y en los centros de salud nuevos como los de Tui, Gondomar, Oia y Panxón.

Con respecto a la biomasa, el Cunqueiro emplea casi 700 toneladas al año con un coste de 110.461 euros, mientras que los centros de salud usan 40 toneladas al incorporar los pellets con un recibo de casi 7.200 euros.

Volviendo a la energía eléctrica, el Cunqueiro consume el doble de kilovatios hora que el Meixoeiro (17,8 millones de kilovatios frente a 8,6) y paga 5,7 millones de euros anuales mientras que el segundo hospital tuvo un recibo de 1,3 millones de euros el año pasado.

Le sigue Atención Primaria con todos sus centros, con un consumo de energía eléctrica de 2,9 millones de kilovatios hora y 394.000 euros anuales.

El Taboada Leal (el anexo del viejo Hospital Xeral) gasta 125.788 euros con un millón de kilovatios consumidos, mientras que el recibo eléctrico del Nicolás Peña asciende a 110.000 euros al año, el edificio de García Barbón otros 76.000 euros y el Hospital Rebullón, donde permanece el archivo de historias clínicas, una base del 061 y otros servicios, 56.258 euros.

Curiosamente, el Meixoeiro gasta más en gas natural que el Álvaro Cunqueiro, con 614.000 euros frente a los 380.000 euros del hospital de Beade. Finalmente, Atención Primaria gasta en exclusiva gasóleo C para las calderas de la calefacción, con un coste de 333.000 euros.

El Cunqueiro nació ya en el momento del contrato con la exigencia de convertirse en un edificio eficiente y ecológico. Fue el primer edificio sanitario de España en lograr la certificación internacional “Breeam Es” y cuenta también con una planta de energía solar con 750 paneles fotovoltaicos.