San Campio “espantó” la lluvia del desfile de carrozas de Valadares

La parroquia celebró ayer uno de los días más esperados de la fiesta, que contó con música, tradición y cucañas para los niños

Las carrozas conquistan Valadares con un día festivo lleno de música y buen ambiente

La parroquia de Valadares celebró ayer uno de los días más esperados de las fiestas de San Campio, en una jornada en la que la lluvia dio una tregua. El día estuvo lleno de actividades que empezaron a primera hora de la mañana y llegaron hasta última hora de la noche. Esta celebración es una de las citas más esperadas por los vecinos del barrio y seguidores de esta fiesta, que cada año reúne a cientos de personas.

Ayer fue el día “más completo” de actividades para vecinos, a pesar de que el domingo es el día grande de las fiestas. Hasta el torreiro de la fiesta se acercaron aquellas personas que quisieron disfrutar de un ambiente relajado y festivo, tan característico de San Campio, aunque fueron muchos los vecinos pendientes del tiempo. “Ya llevábamos dos días con el torreiro de la fiesta lleno lloviendo. Aquí no le tenemos miedo a la lluvia”, comentaba con humor el presidente de la comisión de fiestas, Roberto Guisande.

El momento más especial llegó pasado el mediodía, con la llegada de las carrozas al torreiro de la fiesta, que en esta ocasión fueron tres. Las carrozas de A Garrida, A Sobreira y O Freixo, engalonadas con gran esmero por los vecinos de cada barrio, empezaron su camino hacia el torreiro de la fiesta a primera hora de la mañana, haciendo paradas para repartir alguna ración de churrasco o taza de vino para alguno de los curiosos que salían al camino para saludar.

Con el fin del concierto de la banda Xuvenil de Xinzo las carrozas hicieron su gran entrada. Durante el pase de las carrozas, que fueron acompañadas de charangas y repartiendo caramelos a los más pequeños, el tiempo dio una tregua y dejó que todos los vecinos y asistentes disfrutaran de la fiesta.

Guisande aseguró que la jornada de ayer fue “un éxito” a pesar de la lluvia intermitente de las primeras horas de la mañana, aunque esta jornada es algo único en la parroquia. “Cualquier persona de Valadares hoy no va a trabajar por la tradición de ver las carrozas de San Campio. Es el día más esperado y completo para la gente”, afirma.

Por la tarde la fiesta continuó con las tradicionales cucañas, esos juegos populares que nunca fallan y que arrancan risas y aplausos a cada momento. Los que más lo disfrutaron son los más pequeños de las casas, que se animaron a participar o se divirtieron viendo cómo los demás lo intentaron una y otra vez.

La fiesta se cerró con una verbena de la mano de las orquestas Panamá y el Combo Dominicano, que consiguieron poner a bailar a todo el mundo hasta bien entrada la noche. Sonaron desde clásicos de los 80 y 90 hasta los últimos temas del verano, poniendo el broche final a uno de los días más esperados de Valadares.

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