“Para salir del estrés hay que cuidarse y alimentar la vida de cosas bonitas”
CARMEN GONZÁLEZ HERMO Vicesecretaria del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia
Terminado agosto, cientos de personas regresan al trabajo y muchos notan los síntomas del conocido síndrome posvacacional.
¿Qué es el síndrome posvacacional?
Hay distintas corrientes, algunos consideran que es una enfermedad y otros que no. Es un estado en el que las personas tras las vacaciones sienten una cierta astenia, desgana y dificultades para enfrentar la vida cotidiana. No son dificultades graves, no es que no sepamos o que haya obstáculos que no podemos superar, sino que ya no estamos centrados en eso y nos cuesta tomar decisiones, hay baja tolerancia a la frustración y a los cambios. También hay personas que tienen insomnio y somnolencia por el día por el cambio de horarios y rutinas.
¿A quién afecta más?
A personas que han tenido más tiempo de vacaciones porque cambiaron más rutinas y horarios y el cuerpo se adapta muy fácilmente a lo cómodo. Volver a las prisas y a espacios cerrados cuesta más.
¿Cómo se puede combatir?
Lo ideal sería que tu vida cambiase lo menos posible en vacaciones, pero a lo mejor en vacaciones deseamos que todo cambie. Si vamos de viaje sería bueno volver unos días antes para tomar tierra, para recolocarte en casa y hacerte con tus rutinas. En vacaciones también es bueno tener unas rutinas y aunque no madruguemos tanto que tengamos tres partes del día, mañana, tarde y noche, porque si no el cuerpo se descontrola.
¿Las rutinas ayudan?
Te ahorran el choque con la adaptación. Las vacaciones no tienen por qué acabarse de repente, puedes volver al trabajo y seguir haciendo cosas como tomar algo o hacer deporte. En ese sentido, también es bueno no desconectar totalmente en vacaciones de lo que hacemos normalmente, sea deporte, leer o hacer punto, actividades que te ayudan a entrar en ti y a mantener el contacto contigo mismo.
Hay gente que vuelve de vacaciones y a los dos días es como nunca se hubiera ido.
Eso no sé si es positivo o no. Si adaptarte al trabajo es mantenerlo de manera ordenada, amable, funcional y rindiendo está bien, pero si lo de antes era tener mil tareas, hacer dos mil y llegar a casa agotado, sin hablar con tus compañeros, casi no te compensa volver a estar como antes. Es bueno contactar con las personas que trabajan contigo. Los que tienen síndrome posvacacional están de peor humor, menos receptivos a oír chistes o ideas. Probablemente los otros también estén así. Es bueno saber cómo está el otro, saludar, que haya mucho contacto personal, porque estamos todos en el mismo barco.
¿Cuándo es malo el estrés?
Cuando no te permite vivir la vida que quieres. Puede haber situaciones estresantes, como un accidente o un fallecimiento, pero tiene un principio y un fin. El estrés nos hace daño cuando afecta a las relaciones sociales, nuestro humor cambia, nos falta apetito, no nos cuidamos, nos afecta al sueño, las cosas que antes me gustaban ahora me parecen pesadas o te molesta que te hablen las personas a las que quieres. Eso repercute en tu calidad de vida, perjudica las relaciones sociales y a tu rendimiento laboral.
Si la persona se da cuenta, ¿cómo puede mejorar?
Si no se da cuenta debe atender a los demás, cuando todos están en nuestra contra quizá algo está pasando y soy yo quien está en contra de los demás. Hay que ver la realidad, asumirlo y empezar a cuidarse. Y cuidarse implica hacer cosas bonitas, puedes hacer tu trabajo pero mirando a la cara a las personas, diciendo por favor y gracias. Fuera del trabajo alimentar tu vida de cosas bonitas no significa hartarse de salir y estar de ocio, porque estar siempre activo también es agotador. Hay que dejar espacios para no estar activos, ir a la naturaleza, estar con animales, con niños, cosas que ayudan a tomar contacto contigo, cuidar el cuerpo porque el cuerpo siempre está en el presente, permitirme descansar, ser amable con uno. El estrés reduce la capacidad de buscar soluciones, vas como un tren y arrollas lo que se ponga delante, dejamos de ver lo bonito porque la visión se centra en la tarea que tienes que hacer y pierdes todo el contexto. No es ser vago, podemos ser productivos y descansar.
¿El síndrome posvacacional lleva a la gente a la consulta?
No suele, salvo que esconda situaciones de ansiedad, depresión o dificultades sociales que vienen de atrás y se agudizan. Es importante saber qué nos pasa y darle dignidad.
¿Qué significa darle dignidad?
Es saber que tengo derecho a que me pase eso y darle espacio. Estoy agotado pero yo no soy así, y busco herramientas para salir, el apoyo familiar, social, el humor, el coraje, las que tengamos.
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