El regreso de la esencia del ‘Titanic’

nnn "Titanic’, the Reconstruction" se inauguró ayer en la Estación Marítima, donde permanecerá hasta el 22 de agosto. Cientos de piezas coetáneas del trasatlántico y réplicas de originales constituyen un recorrido envuelto en luz cenital a través de salas presididas por fotografías de gran formato.

Ilustran una historia ya conocida. Esta muestra invita al espectador a experimentar su propia sensación del ‘Titanic’. "Es una exposición multidisciplinar, con vídeos, fotografías y piezas, que son explicadas a través de autoguías (en gallego, catalán y castellano)". Así, la comisaria Begoña Merino introduce la visita, advirtiendo que "evitamos reproducir imágenes que ya se conocen, lo que quisimos que el visitante quede empapado en la atmósfera del ‘Titanic’, porque el barco es el verdadero protagonista".

Ayer, como en todas las inauguraciones de la exposición, se repitió el bautismo de trasatlántico con una botella del mismo champán que en 1912 en Southampton, Henri Abebé, valorado en 200 euros.

Las primeras estancias muestran vitrinas con utilería de los astilleros de principios de siglo. Entre ellos están los remaches, posiblemente los responsables del hundimiento el 14 de abril de 1912: "Unían las placas; se cree que tenían los proporciones adecuadas de material y se rompieron, permitiendo que entrase mucha más agua de la que era capaz de soportar", señala Merino antes de llegar a la sala del agua. Proyecciones de olas y retratos de la banda, acompañan a instrumentos de la época, donde no podía faltar el violín. En primer plano se muestra la partitura del último tema que interpretaron, "Nearer my God the thee".

La organización quiso hacer un recuerdo especial a los fogoneros y a su sacrificio con la réplica exacta de una de las puertas de la caldera. Es un homenaje a esos héroes anónimos, ya que, tal y como cuenta la comisaria: "Sabían que iban a ser los primeros en morir pero no dejaron de echar carbón para que no se apagase la luz y los pasajeros pudiesen llegar a los botes salvavidas".

Un nuevo espacio recrea las bodegas, con los encajes de Camariñas (el único artículo español que viajaba en el barco); el ‘Brush Runabout D24’, de 1909 que debía viajar en el ‘Titanic’ en el viaje de vuelta para ser presentado en Europa o un cuadro de Bran. La recreación de los baños de primera y segunda clase o el apartado dedicado a Guillermo Marconi y al telégrafo que envió el SOS.

Pero la exposición también cuenta historias de los pasajeros como la del matrimonio Strauss, que antes de separarse (solo embarcaban en los botes las mujeres y los niños), pidieron ser atados a las hamacas de cubierta para morir juntos. Millvina Dean, la superviviente más joven del naufragio (fallecida hace unos años) donó un vestido de cuando era bebé y un anillo.

Para finalizar, en la última sala se muestra la maqueta del ‘Titanic’ de 9 metros y una escala de 1:30. Se realizó durante tres años en el parque de las Ciencias de Granada, a la vista del público. Reproduce con exactitud la grandiosidad del barco y muestra la ubicación de cada pieza expuesta con anterioridad.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, inauguró la exposición. Destacó el valor turístico, naval y pesquero del puerto de Vigo; "el mar concede a esta cidade un valor turístico y logístico inagotable que es parte de su cultura urbana", aseveró.

Las entradas cuestan 8 euros (10 el fin de semana); discapacitados y parados, 6 euros; y niños entre 7 y 14 años, 5 euros.n