Protocolo antisuicidio en la cárcel de A Lama: presos que salvan vidas
Más de medio centenar de presos de A Lama recibieron formación en el último año para convertirse en internos de apoyo hacia quienes sufren una situación de riesgo
Durante el año pasado, la cárcel de A Lama activó en 39 ocasiones el protocolo de antisuicidios a presos en situación de riesgo. Dicho protocolo, que se adopta según valoración de psicólogo y médico, consiste en poner en marcha medidas de prevención, la principal la asignación de un interno de apoyo, cuya misión es acompañar, vigilar y estar junto a la persona con conductas suicidas.
Los internos de apoyo son reclusos voluntarios, que además de buena conducta carecen de un problema de consumo activo y que reciben formación para la labor a la que se van a enfrentar. Aunque no sean profesionales, aprenden a conocer y entender los perfiles de enfermedades de salud mental, rompiendo esas barreras todavía existentes respecto a este tipo de enfermedades y aplicando en suma, grandes dosis de sentido común.
La estadística de Instituciones Penitenciarias refleja que durante el curso 2022-2023 fueron 53 los presos voluntarios que asistieron a las 20 horas de formación para convertirse en internos de apoyo.
Durante un mínimo de 15 días, comparten celda con el preso afectado, le acompañan y también están pendientes por si observan alguna conducta que pueda activar alarmas para evitar un desenlace fatal. La motivación que puede llevar a una persona que cumple condena a ayudar a otros penados en situación límite podría interpretarse desde una forma propia de terapia, hasta un intento de redimirse por sus propios actos e incluso de avanzar en la reinserción. Sea como fuere el porcentaje de los voluntarios no es muy elevado, teniendo en cuenta que la población reclusa de A Lama ronda el millar de internos y su trabajo, unido al de los profesionales, no siempre es suficiente porque los suicidios en prisión siguen produciéndose, aunque ayuda a salvar vidas.
El protocolo se activó en casos recientes como el detenido por acuchillar a su mujer en Baiona, en presencia de sus hijos, o el asesino machista de Gondomar, y que había intentado quitarse la vida tras acuchillar a su mujer. Ambos se encuentran en la prisión sin que hayan manifestado nuevas conductas de este tipo.
La instrucción de este protocolo establece un mínimo de acompañamiento al interno de 15 días las 24 horas compartiendo celda, tiempo durante el cual se le mantiene en vigilancia médica y se le implica en diversas actividades para evitar el aislamiento.
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