El presunto asesino de Baiona ingresa en estado catatónico en el Cunqueiro

La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo acordó ayer el traslado del presunto asesino de su expareja en Baiona a la unidad de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro, debido al estado catatónico en el que se encuentra desde que se presentó en la Comisaría de Ourense, doce horas después del crimen. La Fiscalía, la acusación particular y la defensa lo habían solicitado ante la incapacidad de prestar declaración tras su paso a disposición judicial. La medida de carácter temporal se adopta como una prórroga de la detención de otras 72 horas y queda a la espera de los informes médicos de evaluación de los psiquiatras, así como las pautas a seguir a fin de que el acusado recupere sus facultades para comparecer ante la Justicia. Ordenó además su custodia de forma permanente por la Policía Nacional.

La decisión adoptada responde a la conclusión del examen forense al fue que sometido ayer el investigado y que concluye que “no se encuentra capacitado para declarar”. No responde a estímulos y permanece con la mirada baja. “No habla, no gesticula, no responde, está ausente”, explicó el abogado de la defensa quién añadió que la posibilidad de que ingrese automáticamente en la unidad de agudos es muy factible. El letrado señaló que “en caso de que reaccione se volverá a celebrar la comparecencia, por ahora la jueza prorrogó el plazo máximo de detención”.

El detenido llegó a los juzgados sobre las 9 de la mañana , y allí permaneció en los calabozos de la sede judicial hasta bien avanzada la mañana, posteriormente fue sometido al examen forense. La magistrada tras hablar con todas las partes hizo firme el auto bastantes horas después. Ángel Rodríguez da Costa salió en ambulancia de los juzgados de Vigo pasada la media tarde sin que fuese posible tomarle declaración.

La víctima, Beatriz Lijó, fue hallada muerta a la entrada de su vivienda en el barrio de Percibilliera, de Baiona. Había sido atacada brutalmente con un cuchillo y una especie de machete que le fracturó el cráneo. El sospechoso actuó delante de los hijos de 7 y 9 años y posteriormente huyó del lugar.

El vecindario no vio el crimen pero sí hubo “gritos desgarradores”

Cuesta entender cómo en un barrio tan concentrado como en el baionés de La Percibilleira, de caminos estrechos y con una densidad de viviendas considerable, el terrible suceso no hubiese contado con testigos oculares. Sin embargo, según se desprende del atestado de la Guardia Civil, ni una persona, a excepción de los hijos de la pareja, vio lo que estaba sucediendo. No obstante, sí recoge como al menos un residente en el entorno del camiño do Rolán, donde Beatriz se acababa de trasladar recientemente, escuchase “gritos desgarradores” en torno a las 21 horas del pasado domingo. Este hecho motivó que saliese a la calle para ver qué estaba ocurriendo, al ver a otra vecina que estaba paseando sin mostrar ningún síntoma de preocupación, optó por volver a meterse en casa sin imaginarse lo que acababa de pasar. Otros testigos apuntaron a la Guardia Civil que vieron el coche del presunto asesino, donde había más personas alrededor, presumiblemente los niños, y cómo él entró en el vehículo por la puerta del conductor. También hubo quién vio pasar el coche de vuelta desde la vivienda, cuando huía del lugar.

Al no haber testigos presenciales del suceso, los interrogatorios se centraron en el entorno familiar. De este modo las autoridades contactaron con la hermana y padres del investigado, así como la prima de la víctima y sus dos hermanos. Por el momento el objeto u objetos contundentes que le causó la muerte a Beatriz todavía no se ha encontrado Se reitera el hecho de que no contase con antecedentes penales ni de violencia de género, tan solo medidas de familia.

Cortes por todo el cuerpo y un pinchazo en el hígado

La muerte de Beatriz fue especialmente violenta. El informe forense indica que el cuerpo presentaba decenas de cortes relativamente superficiales, prácticamente por todo el cuerpo, además de un pinchazo que le habría alcanzado el hígado. Tras examinar el cuerpo, se detectaron lesiones en brazos, manos, piernas, espalda, tórax e incluso cerca de la nuca, pero que estas no habrían causado la muerte. Se cree que las lesiones de las manos se produjeron cuando ella trató de defenderse de un primer ataque con cuchillo. Las más graves correspondían a las asestadas en la cabeza, que tuvieron que hacerse con una arma contundente, una macheta o machete. Asimismo tampoco consta que hubiesen amenazas previas por mensajes o llamadas telefónicas hacia la víctima que hicieran llegar a pensar en una actuación violenta por parte del presunto asesino, pese a que varios allegados manifestaron en diversos medios en días anteriores que la víctima les había confesado que “pensaba que un día la iba a matar”.

La Guardia Civil realiza una nueva inspección en la vivienda

La Guardia Civil continúa con la investigación para intentar recabar todas las pruebas posibles. Los agentes volvieron a realizar una nueva inspección de la vivienda donde ocurrieron los hechos. La búsqueda se centra en encontrar el machete, mientras que el cuchillo que habría sido utilizado para un primer ataque fue encontrado junto al cadáver. Las heridas superficiales que presentaba el cuerpo serían compatibles con este arma blanca, no así la lesión mortal de la cabeza, que se habría producido por un ataque sorpresivo y violento. También se analizaron las ropas ensangrentadas del sospechoso, que ayer acudió al juzgado con un pijama del hospital ya que estuvo ingresado en Ourense.