Educación
Una figura esencial en las aulas
Los dos polos del perfil demográfico de Vigo siguen estirándose sin remedio, como se puede constatar en los datos pormenorizados del último censo publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desmenuzados por su correspondiente autonómico gallego, el IGE. En tan solo un año, desde 1 de enero de 2024 a 1 de enero de 2025, ha disminuido de forma significativa el número de empadronados en su primer tramo, los niños entre 0 y cuatro años, y, en cambio, ha crecido el de mayores de 90 años, confirmando que el doble fenómeno no remite en absoluto: la ciudad envejece y cada vez hay menos niños por la propia lógica de la disminución récord de nacimientos. Nada que no se sepa, pero que la estadística fija en su gravedad, por cuanto condiciona el futuro próximo.
En concreto, el número de empadronados mayores de 90 años ha crecido con fuerza en solo un año, un 6,5 por ciento más, pasando de 5.001 a 5.330, un aumento muy significativo y constante, lógico por el envejecimiento acelerado de la sociedad local y la cada vez mayor longevidad. En este grupo aparecen los centenarios, que se mantienen en máximos, con 132 censados en estos momentos. Desde inicio del siglo, este tramo ha sido el que más número de personas ha ganado. En 1991 solo había 1.383 nonagenarios censados en la ciudad, que contaba con 15.000 residentes menos. Pero en números absolutos, el incremento en 34 años ha sido realmente espectacular: el triple en este tiempo. Y con tendencia a alza.
En cuanto a los vigueses en edad teórica o real de jubilación, también ha habido cambios. En 2024, con una población total similar, eran 71.811 los vigueses con 65 o más años. En 2025, el resultado es de 72.934, un millar más, lo que equivale a un 1,7 por ciento de avance.
Si esto pasa entre los mayores, justo lo contrario ocurre en el tramo más bajo de la pirámide demográfica. En un año, de 2024 a 2025 son 300 menos entre 0 y cuatro años, lo que supone un descenso el 3,5 por ciento, muy importante para un plazo tan corto de tiempo. Ahora, solo hay 8.316 vigueses en edad preescolar, el número más bajo de la serie histórica. Incluso con menos población, había más vigueses entre 0 y cuatro años. En 2001 eran casi 3.000 más que en la actualidad, con un descenso en este período 2001-25 en torno a un 30 por ciento, algo dramático.
En total, a día de hoy, los menores de 20 años suman un total de 47.533 registrados en el censo, frente a los casi 73.000 vigueses que superan la edad de jubilación convencional. Es decir, cerca del doble de población. Al inicio del siglo, en 2001, era justamente al contrario: los menores de 20 años eran casi 53.300 y los mayores de 65 no llegaban a 44.000. Este es el resumen de cómo ha evolucionado la sociedad viguesa durante el siglo XXI. Ni siquiera la llegada masiva de inmigración ha variado esta deriva que según las proyecciones realizadas por el IGE no tendrá solución ni a corto ni a medio plazo: los nuevos vigueses tampoco tienen más hijos que los “oriundos”, aunque al menos bajan algo las medias.
En cuanto a la división actual en Vigo por bloques de edad, el más “concurrido” vuelve a ser el que se encuentra entre los 45 y 49 años, con casi 26.000 censados, algunos menos que en el anterior recuento. Coincide con el promedio de edad de la ciudad, que se sitúa en algo más de 47 años. En poco tiempo, el vigués-tipo tendrá 50 años, como ya pasa en numerosos ayuntamientos gallegos. Así lo pronostican las proyecciones demográficas, que en general han atinado. De hecho, el segundo tramo de edad ya es el de 50 a 54, con casi 25.000 vigueses registrados, lo que indica que en breve se convertirá en el primero. Abriendo el compás, en 2001 el número 1 era el de 25 a 29, y con diferencia. En el primer cuarto del siglo, el promedio más habitual creció en 20 años. Puede parecer increíble, pero así lo señalan los datos objetivos del INE y el IGE. En todas las ciudades pasa, con escasas diferencias en el resultado final entre todas ellas. La urbe gallega más joven por su promedio es ahora mismo Pontevedra, pero la diferncia con el resto de ciudades gallegas resulta poco significativa. De hecho, la edad media de los gallegos es de 48,4 años. La Boa Vila del Lérez cuenta con una edad media de 46,10 años (la edad media de los pontevedreses es de 44,3 y la de las pontevedresas 47,7 años). Le siguen Santiago de Compostela y Lugo, cuya ciudadanía tiene una edad media de 46,50 años; Vigo se ha quedado ahora con 47 años de media rumbo a los 50; A Coruña con 47,50; Ourense con 48,20 y en último lugar Ferrol, cuya población suma una edad media de 49,9 años, ya rondando el medio siglo.n
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