Neurólogos defienden aprobar el nuevo fármaco del Alzheimer
Consideran que sería interesante aplicarlo con condiciones estrictas y que se beneficiará de los futuros biomarcadores para detectar en sangre esta enfermedad
El Alzheimerestá en una encrucijada tras la aparición de fármacos que ralentizan el deterioro cognitivo del paciente en fases muy tempranas de esta enfermedad, aunque por ahora no están aprobados en Europa, y también por la aparición de biomarcadores aún en fase de pruebas que pueden detectar la enfermedad en sangre de manera precoz, antes de que aparezcan los síntomas.
El Grupo de Demencias de la Sociedade Galega de Neuroloxía celebra hoy y mañana en Coruña su IV Reunión en la que abordará estos asuntos. El jefe de Neurología de Ribera Povisa, José Ramón Lorenzo, es el coordinador de este grupo de trabajo y es también vicepresidente de la sociedad gallega. Explica que el nuevo fármaco ataca el amiloide que está depositado en el cerebro y trata de conseguir que la evolución del Alzheimer no sea tan rápida.
Los estudios demuestran que enlentece el empeoramiento (un 23%, un 26% o un 36% en función del test que se haga) y que el PET indica que había un 27% menos de captación (menos amiloide) con este tratamiento. Sin embargo, esto no significa que enlentezca la enfermedad un 27%, apunta Lorenzo. La Agencia Europea del Medicamento pidió más pruebas al laboratorio que demuestren la relevancia clínica de este tratamiento.
El neurólogo vigués opina que “la única forma de saber si tiene relevancia es usándolo. A lo mejor no la tiene ahora, pero sí dentro de tres años”. Aclara en primer lugar que es un fármaco que solo vale para una fase muy inicial de la enfermedad (en fase más avanzada "si las neuronas han muerto, quito el amiloide pero la neurona no vuelve") y tienen que ser pacientes que no tengan patología vascular y otras dolencias que pueden provocar complicaciones, incluida una hemorragia cerebral.
¿Y por qué puede ser relevante en pocos años? Porque se espera la aparición de un biomarcador en sangre que permitiría detectar pacientes en fases muy iniciales de la enfermedad y elegir así a los candidatos idóneos para este tratamiento. Ahora la enfermedad se diagnostica por los síntomas, que aparecen cuando el sistema está dañado, pero antes de eso se deposita el amiloide. Los médicos esperan una prueba que permita detectar en sangre, en líquido cefalorraquídeo o en PET esta patología.
Otro factor de la ecuación tiene que ver con el coste del tratamiento, que es elevado, y que exige tener muy claros los beneficios y una posible negociación con el laboratorio para reducir su precio.
Además, el nuevo fármaco necesitaría nuevos recursos humanos y técnicos en los centros sanitarios. Explica que no es una pastilla, sino un tratamiento venoso que se debería aplicar en un hospital de día y que requiere un seguimiento. A mayores, se necesitaría un PET (ahora en Galicia no se permite realizar esta prueba para hacer estudios de demencia porque no aportaba nada, aunque ahora ya existen fármacos para teñir las proteínas anómalas que sí lo harían útil). Una pieza más es la resonancia para controlar el riesgo de sangrado.
“La gente vive angustiada, pero esta dolencia no es hereditaria”
El doctor Lorenzo escucha con frecuencia la pregunta "angustiosa· de pacientes que temen tener Alzheimer porque su padre lo tuvo. “El Alzheimer no se hereda, esto habría que ponerlo con mayúsculas y luces de neón”. Asegura que es una enfermedad multifactorial y que la herencia juega un papel muy pequeño. Una persona puede tener el gen y no desarrollarlo nunca.
Preguntado por la prevención, menciona un artículo de la prestigiosa revista “The Lancet Neurology” según el cual si se controlan los factores de riesgo vascular (comida sana, ejercicio físico y mental, socializar, etc) la enfermedad tarda más años en hacerse visible, hasta diez años.
En el encuentro se abordará también el papel clave de Atención Primaria, el primer dispositivo al que acuden los pacientes. La novedad más esperada es proporcionar a los médicos de cabecera una herramienta para detectar la enfermedad más fiable que un simple test. Son determinaciones en sangre de amiloide y fosfo-tau, para saber en función de los niveles que tenga cada paciente si es necesario derivarlo al neurólogo. Son herramientas con una fiabilidad del 91%, que ya se han estudiado y falta probarlas.
Por último, destaca la importancia del sector sociosanitario. “Lo que está demostrado que funciona son los talleres de memoria, los centros de día, trabajar con el paciente desde el principio para que a medida que avanza la enfermedad sea más independiente y se defienda mejor solo”. Explica que uno de los problemas de la demencia es que el cuidador se quema. En su consulta ve muchos mayores que tienen como cuidador al marido o a la mujer, porque los hijos están fuera o no tienen hijos. “Las asociaciones y los centros de día, con su terapia ocupacional, fisioterapia, psicólogo y otras actividades básicas, son los que están soportando con la familia el cuidado de los pacientes”.
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