Muchos nervios en los 549 alumnos que se examinaron del MIR en Vigo

La Facultad de Económicas del campus vigués abrió ayer sus puertas para acoger las nueve aulas del examen que da acceso a la formación sanitaria especializada

Alumnos al entrar al examen.
Alumnos al entrar al examen. | Jorge Santomé

El examen MIR se celebró ayer por la tarde en la Facultad de Económicas, con 549 candidatos repartidos en nueve aulas. El campus vigués estaba ayer completamente desierto, salvo para estas pruebas del Ministerio de Sanidad. Aunque aproximadamente la mitad eran graduados en Medicina, había también titulados de otras profesiones sanitarias que aspiraban a conseguir una plaza de formación especializada (enfermeras, biólogos, farmacéuticos, psicólogos, químicos y físicos). En los pasillos predominaban las caras concentradas y la emoción contenida, porque en unas horas se decidía su futuro y porque la mayoría venían de meses de estudio continuado en casa o en la academia sin apenas un respiro. No eran mayoría, pero sí había personas que no pudieron estudiar y se presentaban solo para ver cómo era el examen y volver a intentarlo el año que viene.

Es un examen de tipo test con 210 preguntas en el que un acierto suma 3 puntos y un fallo resta 1. Empezaba a las cuatro de la tarde y terminaba cuatro horas y media después, y no era posible abandonar el aula ni en la primera hora ni en la última media hora. Fuera de este requisito, para ir al baño los candidatos tenían que ir acompañados del personal que vigila estos exámenes. El Ministerio de Sanidad desplazó a funcionarios, que ejercieron como interventores en las “mesas” o aulas, y que estaban acompañados por funcionarios de la subdelegación del Gobieno para hacer labores de vigilancia y apoyo. Es un personal que se presenta voluntario para la tarea. En España colaboran más de 2.000 personas, ejerciendo funciones de delegados de centro, interventores y vocales en las mesas de examen o como integrantes de las siete comisiones calificadoras.

El MIR tuvo lugar ayer de forma simultánea en 28 localidades de toda España, con 32.212 aspirantes para lograr una de las 11.943 plazas que se ofertan, un 3% más que el año pasado. En Medicina son 9.007 plazas (los alumnos eligen especialidad y hospital en función de la nota), en Enfermería 2.171 (919 para la especialidad de Familiar y Comunitaria), 352 plazas de farmacia, 274 de psicología, 63 de biología, 51 de física y 25 de química.

El año pasado el 64% de los aspirantes al examen de Medicina eran mujeres y un 35% habían hecho la carrera en países extracomunitarios. También había ayer en Vigo médicos extracomunitarios, de Venezuela, Cuba y otros países. Otra curiosidad del MIR es que la segunda universidad que presenta más alumnos al examen es la de Santiago, solo por detrás de la Complutense, porque es también la única que hay en Galicia y la que oferta más plazas de primer curso en España, con más de 400.

Las notas definitivas saldrán en marzo y luego comenzará el proceso de elección de plaza. El Ministerio de Sanidad recuperó la elección presencial, después de cuatro años en que solo se podía hacer de forma telemática, algo que provocaba malestar entre los estudiantes, y otra novedad es que se convocarán de nuevo las plazas que queden vacantes por renuncias.

Los estudiantes podrán elegir cualquier hospital de España (otra cosa es que la nota les de para lograr el destino deseado). En Vigo se ofertan 109 plazas para la formación especializada de médicos.

El examen permitió la lactancia a una enfermera

El examen MIR contempla la posibilidad de que haya candidatas que necesiten para dar de mamar a su bebé y casi todos los años hay algún caso. En el campus de Vigo, una enfermera, Alba, acudió acompañada de su pareja, Pablo, y de su hijo de 4 meses. Tenía previsto darle el pecho a las dos horas y media de comenzar el examen. La conciliación es complicada para profesionales que están trabajando y tratan de estudiar a la vez, y es más difícil todavía para los que acaban de ser padres. Esta enfermera estudió en un periodo en el que se casó, se quedó embarzada y nació su bebé. Su ilusión es ser enfermera familiar y comunitaria. Al examen acuden pocos acompañantes, ayer había alguna pareja más y madres.

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