La ‘narcocasa’ junto a juzgados, activa pese al incendio

Ni el incendio registrado en la madrugada del sábado en la ‘narcovivienda’ de la calle Pedro Feijóo, a escasos metros de la Cidade da Xustiza, ni el precinto policial han eliminado su ocupación. Testigos de la zona aseguraron que 24 horas después de los hechos, volvió gente a pernoctar allí y eso que a consecuencia del fuego, se desplomó parte del tejado.

El Juzgado de Instrucción 1 de Vigo ha abierto una investigación para esclarecer el origen del fuego, que se producía en plena noche sin que se tuviera constancia de heridos. La Policía Local precintó todo el recinto, pero “les da igual”, se quejaban en el entorno, donde ahora, temen que pueda producirse una tragedia por el estado en el que se encuentra el inmueble. En concreto, lamentaban que los agentes no hubieran retirado varias bombonas de butano que habrían sido sustraídas y que se encuentran en la zona exterior de la vivienda, “podemos salir por los aires”.

El inmueble había registrado varios conatos de fuego en pocos días, hasta llegar al incendio más importante del sábado y que causó temor entre los residentes de la calle, quienes llevan tiempo denunciando la inseguridad que viven por un foco de “venta y consumo de drogas, conflictos constantes, peleas e intervenciones de la Policía”.

El Concello inició el año pasado un expediente de declaración de ruina, sin embargo, Urbanismo se encontró con serias dificultades para llevar a cabo el procedimiento, por la imposibilidad de notificación a los propietarios que habían sido requeridos sin éxito para que adoptaran medidas de seguridad urgentes en el inmueble y de identificar a los residentes del inmueble, un paso imprescindible para el desalojo y una futura demolición.

A diferencia de otros inmuebles okupados, el de la calle Pedro Feijóo, serviría de refugio para personas diferentes con problemas de consumo, según las investigaciones de la Policía, que, recientemente realizó una inspección rutinaria. Fueron agentes de paisano del grupo de drogas, encargados de vigilar los “puntos negros” del “trapicheo” y una patrulla uniformada. Tras lo ocurrido el fin de semana, los vecinos están al límite frente a una situación que se alarga desde hace mucho tiempo.