Manuel Orío pide la protección del Cristo en la lectura del pregón

La antigua pista de tenis de Castrelos, en los jardines del pazo, acogió en víspera del Día del Cristo da Victoria la lectura de su pregón, a cargo del periodista Manuel Orío, exdirector de Atlántico. “En los 80 un grupo ourensano desembarca en Vigo y se compromete aquí; esto sucedió con La Región, que apostó por la ciudad y fundó hace 37 años el diario Atlántico. Para esa aventura contó con un periodista vigués nacido en Madrid, que desde Baiona se enamoró de Vigo. Iba para médico, acabó de periodista y lleva más de medio siglo entre nosotros. Fue el actor principal en la creación del medio, en el nombre, en la redacción y en todo lo que es y ha sido durante los últimos años Atlántico”. Así, lo presentó la Hermana Mayor, Marora Martín-Caloto, quien afirmó que el nombramiento de pregonero, “la Cofradía pretende hacer un homenaje a su trayectoria personal en particular y a la profesión periodística en general”.

Orío, que estuvo respaldado por su mujer Marta, sus hijos y nietos, comenzó su intervención afirmando que “no es solo vigués el que nace sino, simplemente, el que quiere serlo”. En la hospitalidad y generosidad de la ciudad justifica su elección como pregonero del Cristo da Victoria, “tan grande y benéfico como la ciudad que cuida”. Pidió protección para las familias marineras, para los desfavorecidos, para los gobernantes, “que lo hagan con sensibilidad y buen juicio”, por todos los vigueses, por los más pequeños y mayores, por el Celta y los deportistas, con un especial recuerdo al entrenador de boxeo, Francisco Amoedo. “Ya casi agotado el catálogo de peticiones”, rogó al Cristo por los periodistas, los cuerpos de Seguridad y por su mediación contra la violencia machista. “Cristo da Victoria óyenos, cuídanos, ámanos y protégenos como has hecho hasta ahora. Así te lo pedimos con la completa creencia de que seremos escuchados”, concluyó.

Cerró el acto el alcalde Abel Caballero, quien dirigió sus primeras palabras a los familiares de Iván, el fallecido esta madrugada en Matamá. El regidor optó en esta ocasión por la narrativa de ficción para relatar la llegada del Cristo da Sal a Vigo.

Fue una ceremonia sencilla, a la que acudieron representantes políticos, militares, religiosos y de la sociedad civil. Además de los invitados este año de la Cofradía (el comisario Ramiro Gómez, portador del estandarte y el arzobispo emérito, Julián Barrio, predicador), encabezada por su directiva, asistieron el historiador Ramón Patiño; el obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín, que recibió la bienvenida de Martín-Caloto; otros miembros de la Iglesia como el párroco Jesús M. Carracedo; Juan Carlos Rodríguez, de Afaga; Eladio Fernández, de la Asociación San Francisco; Ana Ortiz, delegada territorial de la Xunta y concejales socialistas y populares.