Luces y sombras en la nueva Elduayen

Comercio

La peatonalización impulsa nuevos negocios y otros aún se marchan tras las obras

Pilar, con su tienda de empanadillas Payma, ha abierto en Elduayen, mientras Noemí,  a la derecha, con su negocio en liquidación.
Pilar, con su tienda de empanadillas Payma, ha abierto en Elduayen, mientras Noemí, a la derecha, con su negocio en liquidación.

Elduayen no vive sus mejores momentos. Esta calle, que conecta Porta do Sol con el Paseo de Alfonso y que ahora es peatonal, todavía no cuenta con la prosperidad que se esperaba una vez terminaran los 4 años de obras que condenaron al cierre a muchos de los negocios que llevaban a cabo su actividad allí. Como los vecinos y los dueños de los locales que todavía resisten apuntan, los transeúntes que frecuentaban Elduayen antes de que comenzaran las obras utilizan ahora rutas alternativas porque esquivaban el ruido y la incomodidad que provocaron los trabajos de perforación del túnel en la calle; igual que pasó con los coches que circulaban por la zona, aunque estos últimos sí que se vieron obligados a usar otras rutas.

Los pocos negocios que sobrevivieron a los 4 años de obras son los que se encuentran en los extremos de la calle, junto a Porta do Sol y al Paseo de Alfonso. El resto, se trasladaron a otro local o pasaron a mejor vida. Así, los bajos comerciales de la calle han sido durante los últimos años un ir y venir de pequeños comercios que abrieron esperando una futura prosperidad que, por el momento, no ha llegado. Es el caso, por ejemplo, de Sweet Home, una tienda de decoración que abrió el mes de junio del año pasado y que ahora mismo se encuentra en liquidación: “Los jefes tomaron la decisión de cerrar la tienda”, explica Noemí, encargada del local, “pensábamos que con el Barrio do Cura empezando pronto a construirse la calle iba a tener algo más de vida, pero no ha ido bien”.

En el lado positivo, la calle también ha vivido varias aperturas en los últimos meses. Pilar, de Empanadillas Payma, decidió trasladarse desde el Casco Vello a Elduayen aprovechando el cierre de un ultramarinos y la cafetería Dolce Differenza abrió en el local de la centenaria pastelería El Buen Gusto, que el italiano Luigi Dutto ‘rescató’ del cierre en 2020 tras jubilarse sus propietarios.

De pastelería centenaria a cafetería

La centenaria pastelería El Buen Gusto, que el italiano Luigi Dutto había rescatado del cierre tras la jubilación de sus propietarios en 2020, cerró definitivamente este año y ahora es una cafetería, “Dolce Differenza”.

“Muchos todavía piensan que la calle está cerrada”

Noemí, de la tienda Sweet Home, tiene claro que hará falta un trabajo importante de promoción para devolver el brillo a la calle Elduayen: “Esta calle está tan vacía que muchos pasan sin mirar a los lados y no se fijan en los comercios”. De hecho, comenta que “todavía hay muchas personas que creen que la calle sigue cerrada por las obras”. Esta dependienta señala que “cerraremos en cuanto vaciemos lo máximo posible la mercancía” porque “hasta que pusimos el cartel de liquidación apenas entraba gente en el local”. Añade además que “si a los turistas no les indicas que vayan hasta el mirador de Paseo de Alfonso, no pasan de la curva, y ese mirador hay que arreglarlo un poco para que llame más la atención”.

“Soy optimista, si no no me habría trasladado aquí”

Pilar regenta Empanadillas Payma desde hace más de 15 años y ante tenía su local ubicado en la calle Misericordia, en pleno Casco Vello. Con la jubilación de la dueña del ultramarinos que había antes en este espacio, vio la oportunidad que estaba buscando para cambiar de aires. “Era mi turno. Como dueña de un negocio, nunca hay un buen momento para trasladarse, pero es una decisión que tomé, cambiar hasta que me jubile”, señala. Pilar afronta con optimismo esta nueva etapa: “Si no fuera optimista, no me habría trasladado”. Eso sí, también con precaución: “Llevo cinco meses y el verano es bueno para todos, la prueba de fuego será el invierno”.

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