El juzgado descarta investigar qué pasó con el móvil de Déborah

El Juzgado de Instrucción 2 de Tui ha desestimado la nueva petición de apertura de una pieza separada en la causa sobre la desaparición y muerte de Déborah Fernández (cuyo cadáver fue hallado en O Rosal en 2002) en relación al teléfono móvil. Los abogados de la familia hicieron esta solicitud después de conseguir identificar recientemente a los dos agentes que recogieron tanto el terminal como la tarjeta SIM, que a día de sigue perdida y que es donde se recoge toda la información clave del teléfono.

En una reciente providencia, la titular rechaza esta posibilidad aunque lo hace con los argumentos referentes al disco duro del ordenador y no al móvil. Así, asegura que sobre la apertura de una pieza separada se resolvió en 2022 tanto por el propio juzgado como posteriormente por la Audiencia, si bien en aquella ocasión, la petición se centraba en la posible manipulación del mencionado ordenador. De hecho, se hace alusión a que de las diligencias practicadas sobre el borrado del disco duro no se perciben indicios de ningún delito vinculado al caso que permita abrir una pieza separada.

Sin embargo, el hallazgo del teléfono móvil abrió otro melón. Había esperanzas de encontrar las últimas llamadas que hizo la joven viguesa cuando salió de casa aquel fatídico 30 de abril, sus contactos o incluso mensajes, pero estas se desvanecieron al comprobar que el Nokia no llevaba la tarjeta externa de memoria.

El liviano examen realizado por la unidad policial de Madrid al terminal solo pudo corroborar que la ausencia de la SIM impedía obtener información.

El equipo legal de la familia trató de localizar e identificar a los agentes que recogieron el móvil y extrajeron dicha tarjeta, tras conseguirlo lo pusieron en conocimiento del juzgado.