Juicio crimen de Coia: vecinos dicen que la víctima iba por allí y amenazaba al acusado
José Luis M. se enfrenta a un jurado popular por matar de un tiro a un conocido junto a su casa en Coia. Para la fiscal fue un asesinato sin escapatoria, para la defensa, actuó por miedo insuperable
Asesinato a sangre fría o un homicidio en legítima defensa por miedo insuperable. Un jurado popular, formado por siete hombres y dos mujeres, es el encargado desde ayer de juzgar a José Luis M., de 54 años, acusado de la muerte de un disparo de escopeta en la cara de Francisco José Balseiro, de 57, a las puertas de su vivienda en Coia en abril del año pasado. El tribunal tendrá que decidir sobre las dos posturas que defienden, por un lado, las acusaciones (Fiscalía y particular) y por otro la defensa. De su decisión dependerá que el acusado sea condenado a entre 22 y 23 años de cárcel o que quede absuelto.
Durante la primera sesión del juicio, la representante del Ministerio Público en su intervención inicial habló de “pruebas claras, contundentes y convincentes” que demostrarán que la víctima, Francisco Javier Balseiro “no tuvo escapatoria” cuando la noche del 6 de abril acudió a la vivienda de José Luis, en la rúa de Abaixo. Según la versión que comparte con la acusación particular, el acusado “se aseguró de que Francisco se encontrara totalmente indefenso”, y al abrir la puerta le descerrajó dos tiros con una escopeta para la que no tenía licencia. Un primer disparo fallido impactó en un coche pero el segundo le dio de lleno en la cara, provocándole la muerte.
La defensa, por su parte, sostiene que José Luis actuó en legítima defensa, movido por el miedo insuperable porque la víctima se presentó en el domicilio armado con un machete y una barra de hierro. “Mi cliente no es una persona ejemplar, pero no es un asesino”, alegó.
Tras los primeros informes declararon los testigos, ya que el acusado lo hará en el último lugar. Y si algo quedó claro es que la relación entre ambos no era buena a pesar de que en el pasado habían sido amigos.
Sobre lo que ocurrió aquella noche, sobre las 22,30 del 6 de abril, los vecinos de la misma calle coincidieron en señalar que escucharon dos detonaciones, que identificaron con petardos. No fueron seguidas, aunque ninguno fue capaz de cuantificar el tiempo entre una y otra. Eso sí, nadie escuchó una discusión previa, ni gritos. “Tenía la puerta cerrada de la habitación, las ventanas de la galería, también y la televisión puesta. Si se hubieran escuchado gritos, mi perro había ladrado y no lo hizo”, dijo de una de las testigos, que realizó la reanimación a Francisco, tirado en la calle a escasa distancia de la casa de José Luis.
La misma escena fue relatada por otras cuatro personas, incluida la madre del detenido que estaba dentro de la vivienda cuando ocurrieron los hechos. Ninguno escuchó un enfrentamiento ese día pero sí insultos y amenazas en otras ocasiones anteriores. “José Luis y otros vecinos éramos acosados, venían trapicheros y gritaban ‘te vamos a matar’ o vamos a quemar a tu madre' y yo le decía que no se metiera. Él me ha salvado más de una vez, me sentía protegida con él en el barrio”, mientras, mirando al lugar que ocupa el acusado, dijo “hoy yo podría estar sentada ahí”.
Otras dos testigos declararon que la víctima solía pasar por allí con su patinete y que “insultaba a la madre de José Luis” mientras hicieron alusión a que en una ocasión tiró piedras a su casa. “No lo vi pero escuché cómo estampaba el cristal". La madre del acusado indicó que la piedra “rompió el cristal y el microondas”.
Sobre cómo actuó el autor confeso, una testigo que no podía continuar con la reanimación afirmó que él le comentó que parara que ya seguía él, mientras que el resto lo vio sin hablar. Su madre afirmó que "yo me había ido a la cama y escuché un ruido muy fuerte y al salir vi a un hombre tirado, con un machete en el brazo y mucha sangre, mi hijo estaba en el piso de arriba y dijo que ya había llamado a la Policía.n
Una testigo vio un ‘palo’ y otra, un cuchillo junto a la casa
Mientras la Fiscalía y las acusaciones consideran que hay pruebas suficientes para desmontar la versión de la defensa, al incidir en que la confesión fue cambiando según la investigación y que no hubo físico entre ambos, los testigos ayer sí aludieron, aunque de forma desigual a objetos que se corresponderían con la versión del procesado. Además de su madre que habló de un machete, otra de las vecinas también dijo haber visto un cuchillo de grandes dimensiones junto a la puerta de la vivienda de José Luis, donde había un gran charco de sangre, mientras que una tercera afirmó que vio un palo. “Pensé que era uno de escoba roto, pero no sé decir el material si podía ser una barra de hierro o no ”, afirmó. Asimismo, todos los testigos coincidieron en que José Luis “cuidaba mucho y muy bien de su madre", que “estaba intranquilo por ella”. Una amiga que trabajó en su casa aseguró que “me enseñó un día unas marcas y me contó que Francisco le había agredido con una barra de hierro”.
El hijo y la ex pareja de la víctima declararon cómo el fallecido tenía una relación muy buena como padre.
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