Juan Manuel Romero: “Después de una emergencia siempre hay que tomar tierra y volver al presente”

El psicólogo Juan Manuel Romero dedica parte de su tiempo libre a actividades de voluntariado en la Cruz Roja, una entidad en la que participa porque encaja con sus valores. Estos días ofreció una charla sobre la gestión del estrés emocional ante una emergencia, con motivo del Día internacional del Voluntariado que organizó la institución en la provincia.

¿Qué cualidades son importantes en una emergencia?

La escucha y la empatía.

¿Se puede aprender?

Hay personas que lo tienen de forma innata, pero se puede entrenar. No hay dos intervenciones iguales, siempre estamos aprendiendo y mejorando. Nosotros damos formación a los voluntarios que entran y los que ya estamos también nos vamos actualizando.

¿Qué es lo que no se debe hacer en una emergencia?

Hay que evitar dar consejos, ir a los sitios y decir a las víctimas lo que tiene que hacer. Hay personas un poquito más egocéntricas que piensan que eso está bien, pero nos tenemos que adaptar a lo que necesitan ellos. Y luego está el autocuidado, para hacer bien este trabajo hay que estar bien con uno mismo. El estrés amplifica las limitaciones o las necesidades que tiene uno mismo, las empeora, y al final se invierten los papeles, acabas cuidando al interviniente.

¿Cómo gestionan las secuelas, un posible trauma?

Durante la emergencia nos cuidamos y nos vigilamos unos a otros. Después de la intervención vienen las actividades de debriefing o los ciclos restaurativos, para conectarnos unos con los otros, tomar tierra, estar en el presente y ayudar a ventilar las cosas con las que nos podemos haber quedado. Estos grupos de autocuidado son habituales. Si no lo hacemos, cuánto más se expone una persona a un trauma, aunque no sea víctima directa le acaba impactando y se va haciendo más vulnerable.

¿Ha visto secuelas en personas que atienden emergencias?

Todos los que trabajan en emergencias, sean los del 112, el 061, Guardia Civil, los cuerpos de Policía y otros colectivos que trabajan en situación de crisis necesitamos un momento para recuperarnos y volver al presente porque si no se hace nada se van haciendo más vulnerables. También está la propia resiliencia de cada uno, cómo recuperarnos después de llevar un golpe.

¿Cómo intervienen en casos de suicidio de menores?

Tenemos varias líneas de intervención, una es el apoyo a la propia familia y también hay un grupo de iguales en los coles, círculos restaurativos para ayudarles a entender lo que ha ocurrido. Se trata de que entiendan y acepten lo que están sintiendo, son reacciones normales ante algo que es anormal.

¿Están preparados para las fiestas que se avecinan?

El riesgo de catástrofes y emergencias es mayor en vacaciones. En verano tenemos los accidentes en el mar, naufragios, ahogamientos, y en las fiestas hay más accidentes de tráfico, aunque esperamos que ocurra.

¿Cómo animaría a hacer voluntariado?

Yo animaría a todo el mundo a hacer voluntariado, a hacer cosas por los demás sin necesidad de cobrar nada, en la asociación que sea. Es bueno que hagamos alguna actividad para cuidar a otros, sean mayores que necesitan mucho acompañamiento, menores, familias con problemas, jóvenes que están un poco abandonados y otros grupos vulnerables. Es la única manera de evolucionar y de crecer de una manera sana.

¿A usted qué le aporta?

Las personas a las que ayudamos son muy agradecidas. Esto nos ayuda a crecer y a estar bien con nosotros mismos, te sientes útil. A veces nos olvidamos de que somos una especie social, nos necesitamos unos a los otros. Hace años esto se hacía de manera natural, pero ahora esta sociedad individualista que se aísla y está conectada pero no personalmente olvida que somos sociales. Uno de los factores de protección frente a la enfermedad o al malestar es precisamente el factor social. Hay que pensar más en lo que nos une, sobre todo en una sociedad tan polarizada y agresiva.