Los jóvenes de Vigo esperan cada vez más para sacar el carné
Las autoescuelas constatan que examinarse para tener el permiso al cumplir los 18 años es cada vez menos frecuente y se opta por retrasarlo hasta que se busca el primer trabajo
Los jóvenes de Vigo cada vez esperan más para obtener el carné de conducir. Un tiempo que, además, se va alargando a medida que pasan los años, evidenciando un cambio de tendencia. Así lo señala Alberto Bugallo, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, quien destaca que, actualmente, los jóvenes inician su formación en la autoescuela en una etapa posterior a la que era habitual hace años al alcanzar la edad legal para conducir, si no que esperan hasta que ven necesario el permiso para encontrar empleo o trasladarse a la universidad.
Aunque subraya que el permiso de conducir sigue siendo esencial en Galicia, donde el transporte público no siempre es suficiente, también reconoce que “las personas ahora se apuntan a la autoescuela cuando lo van necesitando”, y considera que la obtención del carné ya no es siempre una prioridad.
El uso del bus urbano, de la bici o patinete, y el aumento de los precios de los vehículos, tanto nuevos como de segunda mano, tras la elevada demanda por la dana de Valencia, serían algunos de los factores. Esto hace que muchos jóvenes se enfrenten a una mayor dificultad para costearse un coche, lo que puede influir en que el carné ya no sea visto como una necesidad urgente, sino como una opción más condicionada por las circunstancias.
Este cambio de dinámica eleva la edad media en las autoescuelas, pero también reduce el número de alumnos, algo también vinculado con la disminución de la natalidad. A pesar de ello, Bugallo indica que en los últimos años ha aumentado la demanda de permisos entre personas extranjeras que necesitan renovar o convalidar sus carnés, lo que ha contrarrestado en parte la caída de estudiantes locales.
Soledad Fernández, de la Autoescuela Olívica, agrega otro punto importante: la organización del calendario académico. Según explica, la reforma en las fechas de la selectividad ha hecho que muchos jóvenes que antes comenzaban a formarse para obtener el carné tras la prueba, ahora se enfrenten a menos tiempo disponible. Los alumnos que deben examinarse en la segunda convocatoria que pasó de septiembre a julio, por ejemplo, pierden un mes más para realizar las prácticas a tiempo de comenzar sus estudios universitarios.
En este sentido, Andrés Bugallo, de la Autoescuela Faro, coincide en que el cambio de fechas de la selectividad ha afectado a los plazos disponibles para los estudiantes, generando más presión a la hora de obtener el carné. “El mejor momento para sacar el carné sigue siendo el verano justo tras la selectividad”, apunta Bugallo, quien también menciona que la reducción de examinadores en la época estival complica la capacidad de las autoescuelas para cumplir con la demanda de alumnos.
“Si eres joven solo harás ese desembolso si necesitas el coche”
Brais Nogueira es un vigués de 28 años que ha optado por sacarse ahora el carné de conducir, tras años de considerar que no era una necesidad urgente. “Nunca lo he necesitado, me habría hecho las cosas más cómodas, pero no ha sido vital”, explica subrayando que, a pesar de ser consciente de las ventajas de tener un coche, hasta ahora no fue una prioridad en su vida.
Según Brais, moverse por la ciudad sin un vehículo propio es cada vez más fácil, gracias al uso del transporte público y cita también la creciente concienciación ambiental sobre la reducción de emisiones. “En Galicia no hay ciudades como Madrid o Barcelona donde el coche sea esencial para moverse dentro del casco urbano”, señala. “Coger el coche en Vigo para moverte solo por el centro no es lo más útil”.
A esta tendencia contribuye también el alto coste de poseer un coche. Para Brais, el desembolso económico relacionado con la obtención del carné, la compra y el mantenimiento del vehículo es una barrera importante. “Siempre se ha dicho que el coche come como un hijo más”, dice aludiendo al constante gasto que implica, con lo que “si eres una persona joven desembolsas ese dinero si realmente necesitas el coche”. Por otro lado, considera que en el mercado de segunda mano “puedes encontrar un coche más asequible, pero el mantenimiento del propio coche también va a ser caro, el taller, el seguro, la gasolina”.
Con todo, Brais reconoce las ventajas de tener un coche, como la independencia y el acceso a trabajos que requieren desplazamientos. Sin embargo, señala que la prioridad en la vida de los jóvenes ha cambiado. “Creo que en la escala de prioridades, salvo que necesites el coche por algo concreto o por un interés personal en los vehículos y el ambiente del motor, cada vez es menos importante”, considera Brais, aunque reconoce que “por supuesto te da muchas cosas buenas, te da independencia, poder moverte cuando quieras, y eso siempre es positivo”.
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