Islas Cíes, las puertas del 'Alén'

Así, las Cíes son vistas ahora por los investigadores como las puertas del Más Allá, las 'portas do Alén', de la antigua religión celta que se practicó en Galicia hasta hace unos 2.000 años y muchas de cuyas costumbres y simbolismos se mantuvieron con el cristianismo hasta nuestros días. Lo explica el doctor en Historia, arqueólogo de Narón y decano de estudios del Instituto Galego de Estudos Célticos, André Pena Granha, en sus últimos trabajos, presentados en el International Congress of Celtic Studies em Maigh Nuad (Irlanda) y en sus nuevas teorías que ahondan en el simbolismo celta que se esconde tras el cristianismo.

La idea de unas islas como puertas al otro mundo está muy presente en todos los países atlánticos. Son las Avalón, la isla de las Manzanas, la isla Hesperia o Macárôn Nêsoi o las islas Afortunadas, o en el caso de las Cíes, las 'Islas de los Dioses', como las llamaron los romanos. Frente a ellas, en la península de O Morrazo, se encuentra el Facho de Donón, donde se hallaron numerosas estelas funerarias en honor a un dios local, Bero Breo —elevado, fuerte, el Señor de la Alta Casa—. André Pena identifica nombre con Breogán y la zona con un lugar de culto —los templos de los celtas eran lugares al aire libre—. “Observei uma variante na formulación do epíteto Deo [Lari] Bero Breo 'Ao deus [dos que partem], Senhor da Alta Casa' em quatro registos a cada um com três letras. Aí estava Breogán!!! Claramente D BE/RO B/RIE/OGO (C/G) Briareo, Berobreo e Breogán eram uma mesma coisa Mas que coisa?”, señala Pena en su trabajo cuando comenta las inscripciones de una de las aras, que en su mayoría se encuentran depositadas en el Museo Quiñones de León, en Vigo.

La discusión sobre los distintos dioses celtas se basa en los testimonios dejados por las fuentes romanas y por las inscripciones halladas. Según las nuevas teorías, el dios celta sería innombrable, de ahí que se refieran a él por los atributos —alto, brillante, oscuro...— semejantes a los que presentaban los dioses romanos, como Mercurio o Hermes. La religión celta, según las nuevas corrientes de estudio, sería monoteísta y estaría basada en una tríade, un Dios trío representado por el sol: el dios joven que nace y que a medida que avanza el día se vuelve más vigoroso, hasta que cae la noche y, ya decrépito, se sumerge bajo la tierra (estaría representado en el trisquel).

Mientras, las almas de los mortales, para cruzar al Más Allá, deberían viajar siguiendo los pasos del sol, para después embarcarse en una barca que con un solo golpe de remo les permitiría cruzar las puertas al Paraíso. A Berobreo, acudirían a dejarle sus ofrendas los gallegos que hace 2.000 años se habrían librado de una muerte segura. Al igual que hoy hacen nuestros marineros que depositan sus exvotos en las iglesias tras librarse de una tragedia en el mar. Serían también esas almas de las que habla la leyenda de Ons. Por eso, para los investigadores, no es casualidad que en Donón —el lugar con las mejores vistas sobre Cíes, la isla de Ons y Onza— el patrón de la parroquia, al igual que ocurre en Teixido, sea San Andrés, un conductor de almas. n