Investigan a un posible intruso en cirugía plástica

La operación más frecuente en estos casos es la liposucción

La nueva directiva de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora, en la que participa el gallego José Luis Vila Moriente, exige que se aplique la ley para frenar el intrusismo profesional. Actualmente, tienen sospechas de un caso de intrusismo en Vigo, entre otras ciudades, y confían que las autoridades actúen.

r.s. vigo rsuarez@atlantico.net

Publicado: 30 ene 2013 - 11:34 Actualizado: 10 feb 2014 - 12:47

Un láser profesional para liposucciones que usan los hospitales.
Un láser profesional para liposucciones que usan los hospitales.

Vila Moriente, que es el vocal de Sanidad Privada de la mencionada sociedad, recordó que Galicia es una de las comunidades en las que más controlado estuvo el intrusismo, a raíz de las inspecciones realizadas por la Xunta en 2002 que concluyeron con el cierre de varios centros de estética que realizaban tratamientos médicos. Sin embargo, sigue habiendo casos y constituyen un delito.

Según explicó, esta disciplina atrae a médicos y cirujanos que no han realizado la especialidad y suelen ser personas que hacen un curso o un máster de cirugía estética y que “se atreven a ejercer como cirujanos plásticos estéticos con los peligros que acarrea”, porque “si sale mal puede pagarse con la vida”. Además, considera que los intrusos generan confusión entre los ciudadanos y que es “como si alguien se presenta como experto en casas pero no es arquitecto, no es lo mismo”.

La operación que sufre un mayor nivel de intrusismo profesional es la liposucción, porque al realizarse mediante una pequeña incisión los pacientes le pierden el respeto. “Son cortes pequeños para sacar la grasa, pero detrás va la sangre y tiene que hacerlo un profesional”.

Las intervenciones más frecuentes en Galicia son de nariz en jóvenes, de pecho en mujeres de 35 o 40 años, y de párpados y flacidez cutánea en las de 50 o 60. Modas como las de Estados Unidos de extirpar un dedo para ponerse algunos tacones no han llegado a España. “Si llegase lo haría en la zona de Levante o Barcelona, son los más agresivos, aquí en Galicia somos muy discretos”, asegura.n

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