Inspectores de Trabajo controlan la climatización en comercios en Vigo
Varios establecimientos de As Travesas fueron informados de la obligación de proteger a los empleados del estrés térmico por altas temperaturas, que ya superaron los 34 grados
No solo los controles de la economía irregular y el fraude en contrataciones temporales serán intensificados durante este verano por parte de Inspección de Trabajo, también lo será la comprobación de la exposición a elevadas temperaturas de los trabajadores. El ministerio presentaba hace unos días el nuevo Plan Estival en el que incide en los sectores más expuestos a estrés térmico y en los espacios cerrados con altas temperaturas y aseguraba que Inspección de Trabajo y Seguridad Social habían enviado más de 112.000 cartas a las actividades afectadas.
En Vigo, los inspectores de Trabajo ya comenzaron a controlar la climatización en comercios y bares del entorno de As Travesas, coincidiendo con las últimas olas de calor tanto en mayo como este mes de junio, donde se llegaron a superar los 34 grados.
“Los inspectores vienen con frecuencia para hablar con nosotros, de nuestra situación laboral, horario, etc”, comenta una empleada de una tienda de ropa en el entorno de Plaza de América. En este establecimiento, “contamos con aire acondicionado, así que no tenemos problemas con el exceso de calor”.
En otro comercio de calzado, contaban cómo “me preguntaron sobre la temperatura en el establecimiento y me informaron de que tenía derecho a denunciar si me obligaban a trabajar en condiciones de calor extremo”. Sin embargo, afirmaban que “aquí no tenemos problema ninguno en ese sentido, no estamos a pleno sol, como un operario”.
De hecho, la vigilancia se intensifica, según Trabajo, en sectores con mayor actividad, como agrícola, hostelería y comercio, y se extiende principalmente a las actividades al aire libre como la jardinería, la recogida de residuos, la restauración y el ocio al aire libre, así como en lugares cerrados con altas temperaturas como invernaderos, lavanderías y tintorerías.
En uno de los bares cercanos, en Gran Vía, coincidían en “no tener dificultades de este tipo, hay aire y se conecta dependiendo de la temperatura que haga”, mientras otro hostelero con un negocio a escasos metros añadía que “aquí los que estamos al frente somos autónomos”.
Lo cierto es que la inmensa mayoría de negocios en el entorno de As Travesas, tanto pequeños como de mayor tamaño, adoptan medidas de climatización, bien a través de aire acondicionado, en unos casos, bien de forma más rudimentaria en otros, los más pequeños, con uso de ventiladores en caso de hacerse necesario. “La temperatura es óptima”, decía una empleada de una panadería, donde ya informan al consumidor con un cartel en la puerta de que “hay aire acondicionado”.
El último control de los inspectores en el establecimiento de muebles y decoración en el que trabaja Vanesa se produjo en mayo pasado. “Vienen periódicamente para comprobar que todo está correcto, aunque no me preguntaron sobre la climatización”, explica, mientras añade que “las condiciones son muy buenas, contamos con aire acondicionado y la temperatura siempre es muy agradable”.
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