El ingenio vigués despierta: la Oficina de Patentes registró 3.000 solicitudes de nuevos inventos

Desde una botella con medios para ingerir pastillas a un combustible híbrido, losinventos que llegan desde Vigo a la Oficina de Patentes y Marcas intentando abrirse camino en el mercado superaron en los últimos quince años los 3.000. Solo en 2023 y lo que va de 2024 se han publicado cerca de una treintena de descubrimientos, con sellos destacados como el de la Universidad de Vigo o de empresas tecnológicas.

De hecho, la UVigo cuenta con numerosas investigaciones a lo largo de los años que han permitido sacar adelante novedosas soluciones en distintos campos de actuación. El último invento, publicado este mes de enero, a la espera de concesión de patente, es un herbicida que comprende biomasa de eucalipto, retama y mastranzo, tanto en forma triturada como en forma de 'pellets'. Este producto tiene utilidad en el sector agrícola con efectos sobre la germinación y el crecimiento de especies, sin afectar a los cultivos, por lo que se presenta como una alternativa ecológica y sostenible a los herbicidas tradicionales y una herramienta eficaz contra las malas hierbas.

En el conocido como “banco de los inventos” hay artilugios de todo tipo que intentan dar soluciones a problemas cotidianos, como los orines de los perros o la limpieza de grafittis, el incluso el transporte de cubitos de hielo. Así, entre las solicitudes publicadas este mismo mes de enero se encuentra la de una pieza semicircular para colocar en fachadas, que no impide el acceso de peatones y que serviría para impedir que los canes hagan sus necesidades a las puertas de los edificios evitando así tener que arrojar productos para limpiar los orines.

Las características de la industria viguesa, vinculada al mar llevan a registrar métodos de mejora de protección en los barcos así como en el transporte o los cultivos marinos. De igual forma, hay inventos directamente relacionados con el clima gallego, como un sistema antilluvia para conductores y peatones a base de compresores de aire para repeler el agua en motocicletas o automóviles descapotables.

El proceso para conseguir la patente no es inmediato y según la requerida puede salir adelante o no. El plazo estipulado suele estar entre los 21 y 24 meses por lo general, desde que se remite la solicitud y se admite hasta que se concede y es una comisión de expertos los encargados de evaluar para deliberar si otorgan o no la patente definitiva, publicándose tanto la denegación como la concesión. Dicha patente tiene un plazo de 20 años y debe ejecutarse la invención en los cuatro años siguientes.

La propia Oficina especifica los requisitos para poder patentar un invento, no vale una idea. Tienen que ser invenciones nuevas y que den solución a un problema técnico, siendo susceptibles de aplicación industrial. Una vez que se dan todos los requisitos, y se concede la patente, se anunciará en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial donde cualquier persona puede oponerse a la misma en un plazo de seis meses.

El coste puede llegar a superar los 1.000 euros, aunque existen bonificaciones y diferentes tasas en función de lo que se solicite.

De una simple idea a un elemento revolucionario

En los últimos años ha habido inventos “made in Vigo” que han llegado a convertirse en elementos de enorme relevancia, como el dispositivo luminoso de seguridad, comercializado como Help Flash, que partió de la idea de Jorge Torres y Jorge Costas y que ya sustituye a los triángulos de emergencia en los vehículos. Su idea ha conseguido mejorar las condiciones de los automovilistas cuando tienen un percance en carretera.

A la hora de la señalización, salir del coche para colocar los triángulos, aunque se utilice el chaleco reflectante puede ser un riesgo, totalmente evitable con este sistema. Ellos ya habían inventado otras cosas, como la girolina, algo más sencillo pero que ha facilitado a los pequeños el afilar sus lápices. También surgió de un vigués el primer dispositivo a nivel mundial para evitar el terrorismo mundial, que fue patentado en su día como Unidad de Control Automática y que permitía, mediante temperatura sin contacto por infrarrojos detectar la existencia de sustancias en polvo en cualquier carta o paquete.

Las creaciones no paran de surgir y en todos los ámbitos, como el el conocido como “gimnasio más pequeño del mundo”, destinado a revolucionar el mundo del deporte.

Soluciones también en tiempos de pandemia

Vigo sigue estando entre los lugares de Galicia a la cabeza en número de inventos que solicitan patente, tal y como recogen los registros de la Oficina de Patentes. El ingenio de los creadores se adapta además a las circunstancias concretas, como ocurrió durante la pandemia en 2020. Durante esa época se puso en marcha el Lu Touch, un invento vigués que permitió abrir puertas y encender luces sin necesidad de contacto y que fue especialmente útil para los sanitarios que se enfrentaban a diario contra el virus. También se propusieron entonces diferentes elementos como un estuche para guardar la mascarilla.

A partir de ese año, las compras por internet se multiplicaron y se han mantenido en el tiempo. Entonces surgieron otras ideas como Yolodoor, la puerta inteligente que permite recoger paquetes aunque no estés en casa.

La lista de artilugios, métodos y sistemas de nueva creación en dos décadas es amplísimo y muy variado y se extiende desde el ámbito farmacéutico o médico (también con investigaciones en el Álvaro Cunqueiro) hasta la industria o el ámbito doméstico y de restauración, como por ejemplo una sangría con aroma sabor a vainilla, naranja o café o una carcasa inteligente con dispositivo de gestión de compra para el carro, que incluye GPS y lector de código de barras.

En suma, multitud de ingenios que ayudan a avanzar en muchos campos y que aspiran a convertirse en utensilios tan imprescindibles como ha llegado a ser por ejemplo la fregona (invento español).