La huella imborrable de Leo Caldas en el Bar Puerto y el Eligio
LUTO EN LA LITERATURA
Las tres novelas de Domingo Villar sobre el ficticio inspector vigués dejaron en el imaginario colectivo estos dos locales reales
“Caldas bajó caminando desde el hospital por la calle México. Frente a la estación de ferrocarril tomó la calle Urzáiz, cruzó la Gran Vía y continuó descendiendo por su acera abarrotada hasta la farola de forja de Jenaro de la Fuente (…). Poco antes de la Puerta del Sol, se desvió a la izquierda por la pequeña travesía de la Aurora que conducía al Eligio. Entró en la taberna, se acercó a la barra, saludó a Carlos y olisqueó el aroma proveniente de la cocina”. Este pequeño extracto de “La Playa de los Ahogados” podría describir una taberna ficticia, pero si uno sigue las indicaciones sobre el callejero de Vigo, podrá llegar al que es uno de los locales más emblemáticos del Casco Vello y de la propia ciudad.
No es casualidad que fuese uno de los sitios favoritos de Domingo Villar, que dio a sus novelas un aire de realismo –y de familiaridad con el lector– ambientándolas en su ciudad natal y el entorno marinero que la rodea. En el Eligio guardan muy buen recuerdo de él y ayer, todavía consternados por el suceso, le hicieron un pequeño homenaje en presencia de su familia en la esquina favorita de Leo Caldas.
El viejo Bar Puerto
“Leo Caldas y Rafael Estévez cruzaron la Alameda pisando un manto de hojas caídas y se adentraron en la calle del Arenal caminando frente a sus elegantes edificios de piedra (…) El bar Puerto todavía estaba abarrotado. Como cada mediodía, sus mesas mezclaban corbatas, trajes de faena azules y ropas gruesas de marinero”. Este otro extracto de “La Playa de los Ahogados” describe otro local emblemático de la ciudad: el bar Puerto. Eso sí, para Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez todavía está ubicado en la calle del Arenal, aunque a día de hoy ya no existe, pues hace unos años se trasladó a República Argentina, a tan solo unos metros de su emplazamiento original.
Al igual que en la prosa de Villar, el nuevo bar Puerto continúa abarrotándose cada día a la hora de comer. Y al igual que en el Eligio, los dueños del bar Puerto tienen en muy alta estima al fallecido escritor vigués.
Silverio, uno de los cuatro socios que regentan este local, apunta que “lo conocíamos desde antes de escribir su primer libro. Venía mucho con su familia y aunque ahora vivía en Madrid, nos visitaba muy a menudo”. Lo recuerda como “una persona amable y un muy buen cliente; un amante del buen marisco y del buen pescado”. La continua mención del bar Puerto en las tres novelas que protagoniza Leo Caldas tuvo una importante repercusión en este local: “Siempre nos llegó mucha gente, tanto de aquí como de fuera preguntando por lo que sale en el libro, y le estamos muy agradecidos por ello”. Silverio destaca que la pérdida del escritor es “muy importante. Era una persona muy campechana, un amigo más”.
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