Encuentran fibras y un pelo en las uñas del cadáver de Déborah

La exhumación del cadáver de la joven Déborah Fernández, hallada muerta en una cuneta en O Rosal en 2002, no ha sido en vano. El Instituto de Toxicología de Madrid, donde fueron enviadas las uñas que fueron recuperadas por los forenses, ha comenzado a remitir los primeros resultados.

Esos informes revelan el hallazgo de restos de fibras y pelos bajo las uñas, que serán cotejados con distintas muestras que obran en la causa. Las microhebras textiles, que corresponderían a fibras sintéticas tintadas, serán comparadas con las que se recogieron hace 19 años en el pelo de la joven y que podrían corresponder a una manta con la que podría haber sido envuelto el cadáver. Pero lo más importante y la tarea que llevará algo más de tiempo será la búsqueda de ADN. En su momento no se pudo obtener un perfil al contar con solo un fragmento, hoy en día sí sería posible conseguirlo.

Por otra parte, están los trozos de cabello. Una vez recogidos serán comparados con los hallados en un arcón congelador en 2019 y cuya muestra biológica fue clave para la reapertura del caso. El arcón había pertenecido en el pasado a una persona vinculada con Déborah. Estas nuevas claves dan nuevas esperanzas a la familia para identificar a los responsables de la muerte de la joven y de su posterior traslado.

La respuesta del Instituto de Toxicología de Madrid se ha obtenido en un tiempo récord, gracias a que la titular del Juzgado de Instrucción 2 de Tui ha dado prioridad a la causa, a falta de menos de un año para su prescripción.

De forma simultánea, se está llevando a cabo el análisis del volcado del disco duro del ordenador de la víctima y que llevaba desde 2006 en dependencias policiales sin examinar. Los peritos están tratando de determinar si se procedió al borrado de datos entre el 1 y el 10 de mayo de 2002 (fecha de desaparición y muerte) para recuperarlos.n