Hacienda inicia la reforma de la Aduana de Vigo para darle un mayor peso
La Agencia Tributaria inicia una remodelación integral del histórico edificio de Areal para adecuarlo a su papel
La Aduana de Vigo es una de las cinco o seis más importantes de toda la costa española, lógica consecuencia de la pujanza del puerto y su red de conexiones internacionales. Pero el edificio de la Aduana, un palacete construido hace casi 70 años en Areal, se ha quedado obsoleto y Hacienda ha decidido realizar una rehabilitación completa. Que no va a ser sencilla de ejecutar, explica la delegada de la Agencia Tributaria en Vigo, Olga Bobadilla, quien también es por su cargo la máxima responsable del servicio aduanero en la ciudad. Entre otros motivos, dice, porque el edificio cuenta con elementos a conservar, lo que ha llevado a que Patrimonio realice un estudio a fondo sobre qué hay que preservar. Hay mucho: hay que respetar fachada, patios interiores, elementos estructurales y otros tipológicos.
Resaltan especialmente, por ubicación y calidad, los mármoles de los vestíbulos principales y escaleras, además de la vidriera interior emplomada. Todo da un aspecto señorial, pero también trasnochado. Tan curioso es su interior, como el exterior, que el músico vigués/nigranés Iván Ferreiro pidió y logró permiso para filmar en la Aduana parte del vídeo de su canción “El pájaro azul”.
En todo caso, la decisión ha sido potenciar lo más posible la Aduana, para que esté a tono su capacidad y recursos con la potencia del Puerto de Vigo y su peso en la economía gallega -supone el 60 por ciento de la mercancía general y el 70 del comercio internacional- como en la nacional, como la quinta terminal de importación y exportación. La plantilla actual supera los cien trabajadores entre los distintos servicios y la redacción del proyecto debe tener en cuenta que se mantenga la actividad durante las obras.
Entre los elementos a evaluar se encuentra el escudo franquista que todavía señorea la fachada principal, y cuya eliminación supone un problema. Señala Bobadilla que se trata de una pieza que forma parte de los sillares, así que no es fácil de extirpar. Hay varias posibilidades: taparla, hacer una obra considerable o incluso mantenerla con una placa a su lado explicando que se trata de un símbolo del anterior régimen.
De momento, la Delegación de la Agencia Tributaria en Galicia adjudicó al equipo de arquitectos sevillanos Sergio Navarro SL la redacción del proyecto básico de rehabilitación, con una consignación inicial de 160.000 euros, la mejor de las 20 ofertas planteadas.
Una vez con el proyecto redactado, quizá este año, se pasará licitar la obra con la idea de empezar en 2025. La Agencia Tributaria prevé una inversión muy importante, unos siete millones de euros para darle nueva vida a un edificio que data de 1956 y cuyo deterioro es muy evidente a nivel interior, con apenas la delimitada zona de oficinas habitable y las antiguas cinco viviendas del amplio solar de cuatro plantas con 4.971 metros cuadrados construidos.
El edificio de Areal, con sus característicos torreones, se ha ido deteriorando y quedando antiguo, pero todavía resulta imponente. Las cinco antiguas viviendas donde residían los altos funcionarios de Aduanas están clausuradas y serán reconvertidas en espacios para oficinas y dependencias. Harán falta: porque no es fácil acomodar a los trabajadores, divididos en varias secciones y servicios. Quizá el más famoso sea el Servicio de Vigilancia Aduanera, cuyos funcionarios aparecen a menudo persiguiendo buques con contrabando o narcotráfico.
“Descartamos la venta del edificio a otros organismos”
La posibilidad de venta del edificio ha sonado de forma repetida a lo largo de los últimos años ante el interés de organismos como la Agencia Europea de la Pesca, la Autoridad Portuaria o Zona Franca, pero la Agencia Tributaria se ha decidido por una rehabilitación completa. “Es cierto que hubo varias propuestas para compartir el espacio, pero se descartaron y ahora ya solo se plantea su utilización para los servicios de Aduana”.
En el pasado se planteó reconvertir la trasera de servicios que da a la plaza de la Estrella en una nueva fachada, pero la idea decayó por cuestiones de ajuste urbanístico. Ahora podría retomarse, aunque la delegada de la Agencia Tributaria deja el asunto en manos del equipo de arquitectos. Sería una solución lógica: la plaza se ha convertido en un lugar concurrido y punto común con la Autoridad Portuaria, la Xunta y la Comandancia.
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