Generación 'Prestige': "No somos conscientes del daño que causó"
Los jóvenes nacidos en 2002, el año de la catástrofe, valoran la unión de la sociedad y solidaridad que generó, al tiempo que creen que tiene una mayor conciencia medioambiental
Los nacidos en 2002 han sido coetáneos con el mayor desastre medioambiental sufrido en Galicia sin darse cuenta. Ajenos a todo aquello que sucedió hace 20 años, prefieren evitar ser recordados como la “generación Prestige” o “generación chapapote” por su relación con el accidente. Quieren ser recordados como los hijos del Euro, que se implantó en España ese mismo año. Todos coinciden que les falta más interés y conocimiento de la tragedia, fruto de su edad y que no les afectó directamente, tal vez por no vivir en primera persona las consecuencias del vertido en las costas.
La falta de conciencia choca con la lucha que realizaron sus padres por unas playas limpias. Ataviados con sus monos, miles de voluntarios se acercaron al litoral gallego para evitar un desastre mayor del que ya estaba ensuciando la historia de Galicia con el hundimiento del “Prestige”. María, aseguraba no conocer a grandes rasgos el accidente, salvo el movimiento solidario que se generó, muy impactante. Afirmó que, a pesar de no tener conocimiento, sin duda una tragedia como esa aumentó la conciencia de sus padres con el medio ambiente, algo que, sin duda, fue inculcado a su generación. “Nos han educado con más respeto por el medio ambiente”, aseguró María.
Raquel García, también nacida en el año 2002, indicó que lo único que conoce del hundimiento del Prestige es “por los medios” pero que considera “no ser consciente de lo que ocurrió. Ni del daño que se causó al medio ambiente”. Considera un accidente del pasado, pero que ha dejado en el presente algo muy valioso, los cuidados por el medio ambiente: “No se si el Prestige tuvo algo que ver, pero en el colegio y desde casa nos inculcan a cuidar y mantener el medio ambiente porque el planeta se muere, y tenemos que cuidarlo”.
García recalca en la falta de conciencia sobre el hundimiento, fruto de su joven edad. “Sabemos los datos que nos ofrecen los medios, las cantidades de petróleo, pero no sabemos ni somos conscientes de cuánto daño causó a las costas”, apuntó, que indicó que “nos haría recapacitar mucho si sucediese algo similar a día de hoy. Sin duda, ayudaría a limpiar y paliar la tragedia”.
Eva, por su parte, reconoce no estar del todo informada de lo que sucedió debido a que sus padres residían fuera, pero recuerda la solidaridad de todo el pueblo gallego: “Sé que fue de los mayores desastres medioambientales y que en su momento hubo algunos movimientos para limpiar las playas”. Ante ello, considera que se consiguió evitar algo verdaderamente importante para las generaciones venideras, la posibilidad de ver dañado el medio ambiente: “ Un accidente como ese es un punto de inflexión muy importante. Obviamente ahora estamos más concienciados para solucionar el problema, que va a ir de mal en peor”.
No obstante, cree que el apoyo masivo de la sociedad se daría igualmente en su generación para evitar un desastre mayor. “Hoy en día habría mucho más revuelo y que la mayoría de los jóvenes al menos intentaríamos hacer algo dentro de las posibilidades, aparecerían muchos movimientos nuevos”, sentenció Eva.
Paloma, también nacida en 2002, señaló el suceso como “un accidente catastrófico para la costa atlántica en el que se vio la gran implicación por parte de la población unida para limpiar del petróleo de las playas”. Una constante en las jóvenes entrevistadas es el valor que muestran ante la solidaridad del pueblo gallego. Un hecho que, sin duda, “hizo reflexionar a mucha gente sobre el tema medioambiental”.
Considera que existe en algún sector de su generación que no muestra mucho interés debido “a la falta de información sobre la historia de Galicia, quizás en la escuela no se tratan tanto estos temas como sucesos del siglo pasado o la literatura”. Y resaltó el uso de las redes sociales para la comunicación en casos de necesidad y actuación si sucediese un episodio similar: “Sin duda ayudaría en lo que pudiera como la gran mayoría de mi generación ya que una de las cosas buenas que tienen las redes sociales es la rapidez con la que se informa de las noticias y pienso que eso ayudaría a la hora de buscar ayuda".
Afonso Marcet, estudiante de traducción e interpretación, recalca el movimiento “Nunca Mais”, del cuál fue partícipe sin saberlo, acompañando a sus padres en una de las muchas manifestaciones que se sucedían en Galicia. Afirma que su generación “tiene bastante conciencia medioambiental, pero no solo por el Prestige, sino por la educación que recibimos en las escuelas y en nuestras casas”. Hijo de periodista y diseñador gráfico, la educación que tuvo le hizo ser curioso, con “varios libros en casa para niños hablando de la marea negra, y hasta un CD con temas de grupos gallegos”. Al igual que sus compañeras consultadas, no duda ni un instante sobre ayudar al medio ambiente en caso de una catástrofe natural: “Como todo el mundo, ir de voluntario. E intentar limpiar las playas lo máximo que pueda”.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último