La factura del gas para calentar el agua pone contra las cuerdas a las piscinas de Vigo
Gimnasios con actividades acuáticas o el Real Club Náutico encuentran cada vez más dificultades para hacer frente al coste de calentar el agua y buscan ya energías alternativas
Los precios récord de la energía también están golpeando a las piscinas de Vigo. Gimnasios con actividades acuáticas y entidades como el Real Club Náutico encuentran cada vez más dificultades para hacer frente a la factura del gas que utilizan para calentar el agua y se plantean ya recurrir a energías alternativas
“La situación es insostenible, el precio de gas y luz se ha triplicado”, asegura José Antonio Portela, presidente del Real Club Náutico, que cuenta con una piscina de 25 metros de largo y ocho calles en sus instalaciones. “Ahora mismo es inasumible tener que mantener miles de litros de agua a una temperatura en este caso de 27 grados y la ambiental un grado más”, asegura.
En gimnasios que también cuentan con piscina como es el caso de Trabazos, situado en la calle Romil, viven la misma situación. “El importe del gas se nos ha disparado, tenemos una calidad de agua que hay que mantener pese a todo, pero es una locura, si sigue incrementándose a estos niveles nos sabemos qué va a pasar”, señala la responsable del centro de Vigo. En su piscina buscan mantener la temperatura del agua entre 28 y 28,5 grados, ya que según señalan, “nuestros clientes están acostumbrados a esos rangos de temperatura, es nuestro rasgo de diferenciación”, pero por ello la factura ha llegado a quintuplicarse respecto a otros años.
En el caso del Real Club Náutico, Portela afirma que ya se están planteando recurrir a energías alternativas como placas solares para reducir el gasto. Sin embargo, se trataría solo de una solución al medio y largo plazo, ya que “empiezan a surtir efecto al tercer o cuarto año, porque hay que pagar instalación y la reducción de la factura es de entre el 20 y 30%, por lo que hasta ese momento no se recupera la inversión”.
Se trata de una medida que también contemplan en gimnasios como Trabazos, pero en su caso encuentran otras dificultades. “Instalar placas solares puede compensar, ya nos lo planteamos en la crisis de 2008 con otras opciones como el pellet y la biomasa, pero el problema es que estamos en un bajo y no basta con estar de acuerdo solo nosotros, sino toda la comunidad”, asegura la responsable del centro. “Somos como el comercio de barrio, no tenemos las ventajas de las grandes instalaciones de las administraciones”, añade.
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