Un expresidente del CFV lleva al banquillo a padre e hijo por estafa

TRIBUNALES

Los acusados, que se enfrentan a 6 años de cárcel, negaron el timo de 91.000 euros en exportación de pulpo para el empresario Ángel López Soto, quien ratificó su querella

Publicado: 15 sep 2021 - 01:13 Actualizado: 16 sep 2021 - 03:53

Los dos acusados, ayer, durante la vista celebrada en la sección quinta de la Audiencia.
Los dos acusados, ayer, durante la vista celebrada en la sección quinta de la Audiencia.

El conocido empresario Ángel López Soto, medalla de oro del Club Financiero de Vigo (actual Círculo de Empresarios), entidad de la que fue presidente entre 2001 y 2004, declaró ayer ante la sección quinta de la Audiencia para ratificar la estafa de la que fue objeto por parte, según dijo de los dos acusados que ayer se sentaban en el banquillo. Se trata de un padre ya jubilado y un hijo, vinculados al sector de la pesca y naturales de Canarias, a los que la Fiscalía atribuye haber “timado” 91.000 euros a la empresa de López Soto con una exportación de pulpo de Senegal que nunca llegó a materializarse, una operación que tuvo lugar en 2016.

Esa fue la cantidad que el expresidente del entonces Club Financiero adelantó en pagos a los acusados para el transporte de la mercancía, algo que él mismo aseguró en sala. “Conocí al padre porque trabajó con nosotros hacía años en Senegal y me parecía un buen gestor en lo que hacía, fue precisamente por esa confianza por lo que acordé la propuesta de su hijo”. Dicha propuesta pasaba por pescar el pulpo, procesarlo en plantas y posteriormente enviarlo como mercancía.

Ambos acusados solo contestaron a las preguntas de su abogado. Mientras el padre, que admitió conocer al empresario de Vigo, negó haber tenido nada que ver en el negocio de su hijo, “viajé con él a Vigo y a Senegal por acompañarle pero yo no sé nada del tema”, declaró. Su hijo coincidió con este relato y aseguró que su padre, ya jubilado “ni siquiera sabe escribir un whatsapp”. Reconoció que llegó a un trato para la pesca, adquisición de una planta para el tratamiento del pulpo y el posterior envío de la mercancía con la empresa de López Soto, y aseguró que “faltaba dinero para el envío del contenedor, 9.000 euros, pero me exigieron dicho envío a Vigo y con esa deuda yo tuve que paralizarlo. Fue un cliente conocido quien me pagó para salvar la mercancía”. Pero el empresario denunciante aseguró que tras varios correos indicándole que mandara la mercancía, esta no llegó “nos enteramos de que se habían enviado las 24 toneladas a otra empresa”. La Fiscalía pide una indemnización correspondiente a la cantidad estafada.

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