“Érguete me devolvió la esperanza, dejo atrás 25 años de heroína”
Suso considera que sus años en la droga fueron “una imbecilidad grandísima” y advierte que es muy difícil salir pero que vale la pena
La Fundación Érguete devolvió a Suso, un vecino de Chapela de 57 años, la esperanza y la confianza en sí mismo. A sus espaldas carga con 25 años de adicción a la heroína, tiene el rastro de los pinchazos en el brazo, pero ahora le está ganando la partida e incluso ejerce como voluntario entusiasta en todas las actividades que le pide esta organización desde charlas de concienciación hasta la descarga de alimentos o como miembro de la unidad móvil.
Es uno de los usuarios de un programa “Espacio Cero” que financia la Fundación “la Caixa” y que trata de combatir la pobreza y la exclusión social, una situación que afecta a una de cada cuatro personas en España, tal como recordó la entidad con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Suso contactó por casualidad con Érguete en 2019, al acercarse a una de las furgonetas que repartían desayunos a personas en situación de calle. “Yo estaba fatal y me consideraba como ellos, así que se me ocurrió pedir un café caliente. Conocí a Deli, me preguntó quién era y me animó a ir un día a la sede para charlar. Yo estaba en esa fase en la que ya da igual, no vas a seguir luchando y te vas a dejar ir. Pero fui porque soy una persona educada y me gustó lo que vi, aunque yo no estaba en situación de coger el camino adecuado y más cuando ya lo había intentado tantas veces en otras organizaciones”.
Entonces llegó la pandemia, seguía enganchado, sin dinero y sin saber donde iba a comer. “Me suena el teléfono, a mí no me llamaba nadie y una voz me dice: hola Suso ¿qué tal estás? A todo el mundo le decía que estaba bien pero la dije la verdad: estoy fatal”. Érguete le proporcionó comida en esos días de confinamiento. “Les cogí cariño y empecé a dejarme ayudar un poco más, no quiere decir que esté todo hecho pero me levantó las ganas de volver a luchar, de creer en mí e intentarlo. Era difícil porque la droga es difícil, si fuera fácil no hubiera destrozado mi vida así”. Se subió al “tren” que le ofrecía Érguete donde encontró “tolerancia” y “cariño a pesar de las recaídas” y ya los considera como una familia. Dice de broma que tiene miedo a curarse del todo “por si me dicen que no vuelva”. Considera que tiene que salir “porque toca, porque tuve suerte, no me he muerto como muchas personas que conozco y estoy aquí por algo”. Añade convencido que “todo lo que he hecho ha sido una imbecilidad grandísima, no entiendo por qué me drogué hasta ahora”. Ahora se encuentra "en la gloria" y piensa en todo lo que ha perdido.
¿Qué le diría a adolescentes que empiezan a coquetear con las drogas? "Les diría la mierda de vida que he tenido yo, y que se olviden porque todo lo que quieres tener en la vida no lo vas a tener, vas a perder tus ilusiones, tus metas, todo. Y que sean valientes y que si tienen un problema que lo digan y pidan ayuda. Si niegas y escondes, alargas tanto el problema que luego es más difícil. La droga atrapa a las personas".
La psicóloga Nuria Cuña es la responsable del programa “Espacio Cero” y forma equipo con otros psicólogos, una psicopedagoga, una trabajadora social y otros profesionales que trabajan en la inserción social tanto en Vigo como en Coruña, las dos ciudades en las que está implantado. Es un acompañamiento a otros programas de la Fundación Érguete de reducción del daño o de inserción social, y se ocupa también de reconectarlos con los servicios sociales y sanitarios a los que no llegan por barreras como la brecha digital o la pérdida de las habilidades sociales, también les ayudan en la búsqueda de vivienda, entre otros. Empezó a funcionar en 2022 y atendió hasta la fecha a 185 personas. “Son procesos largos, muchas veces se trata de estar ahí para lo que necesiten sin cita previa, si hace falta vamos al domicilio”.
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