Erasmus cautivados por Vigo
Universidad
La ciudad y la forma de impartir las clases en la universidad gustan mucho a los estudiantes de intercambio
La ciudad de Vigo cuenta este cuatrimestre con cerca de 200 alumnos extranjeros de intercambio dando clase en el campus, según el último informe de internacionalización de la UVigo. Aunque llegan desde más de una treintena de países diferentes, el grueso del estudiantado Erasmus lo hace desde Italia, Francia, Alemania Polonia y países latinoamericanos.
Aunque la Universidad se encarga de facilitarles su estancia con una atención dedicada desde la Oficina de Internacionalización, a la hora de socializar y conocer la ciudad, estos jóvenes acuden a una entidad internacional que funciona gracias al trabajo voluntario de otros estudiantes: Erasmus Student Network, que cuenta con una agrupación en Vigo que pone en contacto a los estudiantes extranjeros y organiza actividades lúdicas para que se conozcan entre todos. Se trata de una red de apoyo complementaria a la que ofrece la UVigo y que contribuye a que tanto la ciudad como la institución dejen una mayor huella en los alumnos de intercambio.
Gracias a esta labor, jóvenes como Mattia Spalino, Claudio Drago, Giuseppe Licardo y Leonardo Nardini, que llegaron de diferentes partes de Italia a la ciudad, han ido conociéndose y formando vínculos en menos de un mes. Mattia y Claudio, ambos de Palermo, aseguran que no tenían “muchas expectativas de Vigo” al pensar que era “una ciudad pequeña y fría”, pero en pocos días reconocen estar cautivados. “Es una ciudad muy linda y ordenada y me gustó mucho la playa de Samil”, comenta Claudio, que añade su agradecimiento “al gobierno local por tener la ciudad tan limpia”.
Su compañero Giuseppe indica que Vigo le recuerda mucho a su ciudad natal de Nápoles “por la cercanía al mar, por el clima y porque la gente aquí es muy cercana”. Además, le parece que Vigo tiene “una identidad muy fuerte”, al igual que la urbe napolitana. Otro de sus aspectos favoritos es la noche: “Vine a estudiar, obviamente, pero también me gustan mucho las fiestas y me sorprende que aquí la ‘movida’ es más los jueves y los viernes, mientras que en Italia se sale sobre todo los sábados y los domingos”, señala.
Procedente de Fano, una pequeña ciudad en el centro del país transalpino, Leonardo también se siente en Vigo “como en casa desde el primer momento”. A pesar de que en su tierra también vive junto al mar, le han gustado especialmente las playas viguesas: “Son muy bonitas y la ciudad es muy segura”.
Entre los estudiantes internacionales que no proceden de Europa está Clemente Ibarra, que llegó a Vigo desde la ciudad chilena de Viña del Mar, una urbe costera próxima a la capital. Aunque acabó eligiendo la UVigo por descarte, tras investigar dónde podían convalidarle más materias, no se arrepiente de su decisión. Sobre todo porque Vigo se parece mucho a su Viña del Mar: “Hay muchos barcos y mucho comercio de pescado y además en mi ciudad muchas calles también son en cuesta, es como estar en casa”, bromea el joven chileno. Comenta que lo que más le ha gustado de Vigo hasta el momento es el mar, “mucho más en calma y con el agua más templada”, y poder juntarse con los otros Erasmus: “Pensé que iba a hablar sólo español y poco a poco estoy mejorando mi inglés”.
También de Sudamérica, pero en este caso de Belo Horizonte (Brasil), llegó Mariliz Sousa. Decidió venir a Vigo “porque me gusta mucho la lengua gallega y quería conocer un poco más de la cultura”. Estudiante de Humanidades, en su caso concreto de Lengua Portuguesa, confiesa que le encantan “el paisaje y los edificios” de la ciudad y tener el mar al lado de casa “porque en Belo Horizonte no hay mar”.
Las clases
Uno de los aspectos que más destacan los estudiantes de intercambio es la forma de dar clase en Vigo. Giuseppe, Leonardo, Mattia y Claudio indican que los profesores en Italia “no son tan cercanos con el alumno como aquí” y las clases “son un poco más prácticas” en la UVigo. Por su parte, Clemente comenta que le ha gustado más el enfoque de sus profesores vigueses en algunas de las materias y a Mariliz le ha llamado mucho la atención que las aulas del campus de Vigo están menos masificadas.
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