Domínguez se inclinaría por otro pacto pero el BNG está dividido

Los nacionalistas someterán a la asamblea de militantes la decisión de recomponer el gobierno local con el PSOE o investir a Caballero alcalde y pasar a la oposición con el PP

La proverbial discreción del BNG se lleva durante estos días al límite, pero todo apunta a que finalmente la decisión sobre el pacto con el PSOE -o en su caso, investir a Caballero y pasar a la oposición- se tomará en Vigo, aunque ya hay un acuerdo para en ningún caso abstenerse, evitando así que el PP se haga con la Alcaldía.

Publicado: 28 may 2011 - 12:38 Actualizado: 10 feb 2014 - 12:38

Iolanda Veloso y Santi Domínguez, en el consello del BNG. Foto: Archivo
Iolanda Veloso y Santi Domínguez, en el consello del BNG. Foto: Archivo

Hoy hablará la dirección del BNG en Santiago, que parece inclinarse por 'devolver' la pelota a los órganos locales de las ciudades, en un singular periplo que se inició en la ejecutiva local,pasó al consello vigués y siguió hasta la dirección gallega, para volver a la asamblea viguesa, donde la próxima semana se tomará la decisión definitiva. A día de hoy, el renovado portavoz, Santi Domínguez, parece el más firme defensor de la renovación del pacto con los socialistas al entender que hay un trabajo en marcha. Domínguez, que tras poner su puesto a disposición ha visto su continuidad asegurada, no se pronuncia pero sus colabores creen que se podría repetir la experiencia aunque marcando más de cerca al PSOE y a Abel Caballero, que en el anterior mandato

En el otro lado se sitúan algunos concejales en funciones, así como parte de la militancia, que rechaza de plano un pacto con Caballero al entender que supondría la liquidación del nacionalismo: 'Si a Caballero le va bien, nos irá mal, y si le va mal, no nos irá bien', concluyen.

Distintas fuentes, aunque existe una consigna de evitar que afloren las disputas internas, señalan que en estos momentos no hay ninguna seguridad sobre cuál podría ser el resultado final del pulso entre quienes apuestan por repetir experiencia, aunque con dos concejales menos, y quienes consideran que el único camino abierto pasar por el control desde la oposición, pactando con el PSOE o con el PP asuntos de ciudad. La anterior experiencia podría ser cuando Porro fue alcaldesa, donde los nacionalistas apoyaron la política urbanística, que dio un giro completo con la llegada de Caballero, y la aprobación del PGOM, que se ha quedado sin apenas desarrollar.

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