Episodios vigueses
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La diócesis de Tui-Vigo quiere hacer sus iglesias más accesibles y eliminar las barreras arquitectónicas, tal y como estipula la ley. La ermita de A Guía es uno de los objetivos, pero al tratarse de un bien catalogado, necesita el visto bueno de Patrimonio. “Queríamos hacer una rampa, las escaleras son un impedimento, no sirven para las personas con problemas de movilidad, pero hasta ahora hemos tenido problemas con la Xunta y algún desencuentro que nos gustaría superar; Patrimonio no acepta las propuestas que nosotros hacemos para su instalación y nosotros no consideramos razonables las que nos sugieren sus técnicos”, afirma José Ramón Lera, párroco de A Nosa Señora das Neves de Teis, responsable del culto de la ermita en el monte.
Por parte de la Diócesis se aspira a llegar pronto a un acuerdo, ya que disponen de los fondos para realizar la obra. “La inversión no sería un problema, nos arreglaríamos para buscarla”, asegura Lera, quien señala como posible vía de financiación el convenio que la Iglesia viguesa tiene con el Concello para la mejora y el mantenimiento del patrimonio. Con este acuerdo se costearon las obras en Santiago de Vigo.
En los encuentros entre ambos organismos ya se ha dado luz verde a otro tema pendiente, el de la iluminación. Después de superar no pocas dificultades, según el propio párroco, llegaron a un acuerdo y Patrimonio firmó la autorización para incrementar la potencia y los puntos de luz. “El alumbrado nuevo no se había podido abordar antes porque la acometida eléctrica allí es muy deficiente, ahora ya está hecha y esperamos que el año que viene podamos tener totalmente iluminada la ermita, se verá realmente magnífica, facilitando su visión desde diferentes puntos, no como ahora que solo se aprecia un trocito de la capilla y de la torre”.
En declaraciones a Atlántico, Lera se mostró entusiasmado con la idea de que la ermita ejerza de faro en la noche viguesa.
Concello y Diputación costearon hace tres años la creación y la colocación de una talla gigante sobre la ermita. Con un presupuesto de 84.000 euros, la imagen del Cristo del Sagrado Corazón, de seis metros de altura y seis toneladas, concluía el proyecto ideado por Gómez Román en 1951 que quedó sin finalizar.
La pieza fue encargada a la Escola de Cantería de Poio, dependiente de la administración provincial. Su colocación varió el perfil de la ciudad, pues la capilla en lo alto del monte es visible desde la Ría y desde distintos puntos de la ciudad.
La actuación fue polémica, ya que parte de la oposición criticó que se retomase con dinero público un proyecto franquista. Algo desmentido por el párroco: “Es una tontería, porque la del Sagrado Corazón es una devoción tan antigua como la Iglesia, sobre todo a partir de los siglos XVI y XVII”.
Por su parte, desde el Concello recordaron el pasado galleguista del arquitecto, uno de los responsables del ensanche histórico de la ciudad.
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