Dejan en manos de la Policía las pesquisas sobre el móvil de Déborah
Caso sin resolver
El juzgado remitirá la información sobre los agentes que recogieron el Nokia de Déborah a la Comisaría de Vigo para que valoren la posibilidad de hacer indagaciones, al margen de la causa
Tras haber rechazado abrir una pieza separada sobre qué ocurrió con latarjeta SIM del móvil de Déborah, el juzgado de Tui acordó, no obstante, de acuerdo con la postura de la Fiscalía, remitir a la Comisaría de Vigo la información aportada respecto a la identificación de los agentes que lo recogieron. La titular, que entiende que el juzgado carece de competencia para investigar un hecho que se produjo fuera del partido judicial de Tui, puesto que la pérdida de dicha memoria externa se habría producido bien entre Vigo y Madrid, deja en manos de la Policía la posibilidad de tirar de este hilo.
En todo caso, sería una investigación fuera del procedimiento que se acaba de archivar.
La Policía Nacional de la Comisaría tendrá que decidir si interroga a los mencionados agentes o, por el contrario, deriva el asunto a sus compañeros de Madrid, al ser allí donde se envió el teléfono, se extravió y posteriormente fue encontrado.
Con estas decisiones judiciales, se dan por zanjados cinco años de nueva investigación que se reaperturó tras encontrar la familia de la víctima nuevos testigos que nunca habían declarado, y que situaban a Déborah en un lugar diferente al que se la había visto por última vez, concretamente en un videoclub. El relato, en principio concordaría con la versión aportada por la prima de la víctima de que la joven tenía intención aquella noche de alquilar una película.
A partir de ahí se retomó el caso, en el que se detectaron múltiples negligencias, una de ellas precisamente la del teléfono móvil, una pieza fundamental en cualquier investigación. Su examen inicial podría haber sido clave sobre sus contactos o mensajes. Sin embargo, no solo el móvil estuvo desaparecido durante casi veinte años, sino que cuando apareció, junto a otros efectos, no tenía la tarjeta SIM, donde se guardaba toda la información.
“Vigo está de luto, no se ha hecho justicia con mi hermana"
Rosa Fernández-Cervera, la hermana de Déborah, se mostraba ayer “dolida y aliviada” tras conocer la decisión del juzgado. Dolida, porque “por falta de criterio la Justicia nos ha dejado desvalidos” y aliviada porque hacía tiempo que ella y su familia habían solicitado el archivo por “el dolor que nos causaba ver que no se avanzaba”.
Según afirmó, “Vigo está de luto, porque no se ha hecho justicia con mi hermana, con una niña cuyo asesino anda suelto”. La hermana pequeña de la joven de Alcabre, que ha liderado desde hace años la lucha de la familia por conseguir esclarecer este crimen, asegura que “tengo la conciencia muy tranquila de que he hecho todo lo que estaba en mi mano y sé que ella nos lo agradece cada día". Sin embargo, y pese a ser un archivo esperado y solicitado, no puede evitar sentirse muy “disgustada” por ver “cómo se han hecho las cosas durante todo este tiempo” y que demuestra “que el sistema está fallando”.
Toda la familia se reunió ya hace casi dos años para decir “basta" al sentirse decepcionados con la Justicia.
Pocas certezas, y muchas vaguedades e imprecisiones
El juzgado determina pocas certezas respecto a lo ocurrido aquel 30 de abril de 2002, aunque sí algunas. Considera que pese a las vaguedades, imprecisiones y numerosas contradicciones, de las decenas de testimonios recabados se puede determinar que Déborah aquel día tenía la intención de ver a Pablo P. No se ha podido acreditar si finalmente se encontraron, él lo negó, aunque sí la llamó a mediodía. También considera acreditado que el hasta ahora investigado acudió a jugar un partido de fútbol. No obstante, indica que pese a todo “habría tenido tiempo de coincidir con ella, haberla llevado al videoclub y de allí a su apartamento de Canido, discutir con ella y acabar con su vida, pero son meras suposiciones porque cualquier otra persona podría también haberlo hecho". Sostiene que nadie los vio juntos, ni antes ni después, ni existen vestigios que lo relacionen con el cadáver.
También hace referencia al episodio del mal olor en el coche y a la intervención del agente que acudió. Asegura que se tendría que haber inspeccionado el vehículo en aquel momento porque posteriormente ya no se encontró nada, al respecto. Un episodio que el investigado dijo no recordar y sobre el que declaró un policía en el juzgado.
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