El Cunqueiro alerta de "falsos alérgicos" a los antibióticos
Sanidad
El farmacéutico Antonio Pérez asegura que el hospital está haciendo un esfuerzo para “desetiquetar” a pacientes que no son alérgicos porque es beneficioso para ellos
Numerosos pacientes hospitalarios se autodefinen como “alérgicos” a los antibióticos y piden un tratamiento alternativo cuando en realidad no lo son. La explicación es que al tomar el antibiótico tienen reacciones que asocian de forma errónea con una alergia. El servicio de Farmacia hospitalaria reconoce que se dan estos casos y que se está haciendo un esfuezo para “desetiquetar” a esos falsos alérgicos porque es beneficioso para el paciente. Los tratamientos alternativos funcionan pero no son tan rápidos y eficaces como los de primera elección.
Según explican, se deriva al servicio de Alergología a los pacientes para que les realicen un estudio que confirme o descarte si realmente tienen este problema. El farmacéutico Antonio Pérez afirma que los estudios apuntan que hay menos alergias de lo que se dice, de lo que está etiquetado como tal.
“A veces los pacientes toman el antibiótico y tienen reacciones como una diarrea (porque afecta a bacterias del intestino) o tienen reacciones que se pueden producir por el propio desarrollo de la enfermedad, pero no es una alergia al medicamento y de esta forma están limitando futuros tratamientos. Por eso es interesante estudiarlo. Una alergia es otra cosa, es una situación potencialmente mortal”, subraya.
Al margen de esto, el Cunqueiro logró en 2021 reducir un 5% el uso de antibióticos, consolidando una línea descendente que empezó en 2015, gracias al trabajo del Comité de Infecciones y Política Antimicrobiana junto con el equipo Proa. No se trata de ahorrar, porque ni siquiera son medicamentos caros, sino que es un problema de salud pública y existe un mandato de la OMS para usarlos de forma adecuada y evitar que no funcionen, la temida resistencia.
La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial. La OMS lo califica como “pandemia” y pronostica que en 2050 podrían morir 10 millones de personas en todo el mundo, por encima de las defunciones por cáncer, si no se toman medidas. Unas 3.000 mueren cada año en España como consecuencia de infecciones resistentes, un problema causado principalmente por el consumo excesivo o inadecuado de antibióticos. El equipo multidisciplinar Proa vela para que se proporcione el antibiótico adecuado y en los niveles óptimos para cada paciente.
Los antibióticos se usan para el tratamiento agudo de infecciones (las más frecuentes suelen ser urinarias y respiratorias) y para la profilaxis en intervenciones quirúrgicas, trasplantes y otros casos, explica el farmacéutico.
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