Coque Malla: "Mi música evolucionó, pero en esencia es lo mismo, hago rock con una guitarra"

Recuperándose de una rotura de pie, está listo para la actuación en el Auditorio

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Coque Malla (Madrid, 1969) regresa a Vigo con su último disco, “Aunque estemos muertos”. Recuperándose de una rotura de pie, está listo para la actuación en el Auditorio: “Estoy bien, me quitaron la bota ortopédica y ya no llevo muletas”, afirmó ayer en declaraciones a Atlántico.

Llega con un disco en el que usted mismo avisa que la palabra muerte está muy presente, pero no es nada místico.

Nada. De hecho, en una de las canciones digo que “no soy nada místico”. Mi relación con la muerte es muy realista, cuando la vida se acaba, se acaba. Sería místico si tuviera algo que ver con el más allá.

Aun así, hay temas como “Bailo con los muertos” que tiene un punto de agobio.

Creo que cada uno recibe los discos y las canciones como le da la gana. Lo que para unos es agobiante, para otros es liberador. No sé si la escribí desde ese sentimiento.

“Como la mañana” es más luminosa, pero con reservas.

Luego se tuerce. La armonía se mete en un terreno muy oscuro. Vamos a recordar al espectador que no hay escape. Es un disco que transita por zonas oscuras, muy simbólico y lleno de vitalidad, de rabia. En una de las presentaciones vino una mujer a la que le había muerto el marido y lo llevaba muy mal. Me dijo que su primer momento de liberación en mucho tiempo lo sintió al escuchar mi disco. Fue muy importante para mí.

Es un trabajo muy conceptual.

Es un disco lleno de ideas y un clima muy especial.

“Bla, bla, bla” es la más clara en cuanto a crítica social.

Puede ser. Hay una tendencia muy acentuada a censurar moralmente el arte, es algo muy peligroso y absurdo, ya que el arte por definición es algo abstracto y no se puede regir por las conductas éticas que marcan nuestra vida.

Acaba de recibir un premio por toda una trayectoria musical, que pese a su juventud es extensa, tanto que ha inspirado un documental, algo poco habitual. ¿No se siente un poco cohibido?

Estoy muy orgulloso. Es cierto que no es habitual, pero la responsabilidad es más de las directoras, Cristina y María José Martín, dos hermanas, grandes amigas, que me conocen bien. Se metieron en este lío y han conseguido una historia emocionante.

Comenzó de adolescente con Los Ronaldos. ¿Cómo marcó su música?

Mi música cambió un montón y es normal que los artistas evolucionen. Pero en esencia sigue siendo lo mismo, hago música de rock con una guitarra. Son canciones para emocionar.

Vigo vuelve a ser una parada obligada su gira. ¿Cómo va a ser ese reencuentro con sus fans?

Es una alegría volver a esta ciudad con mucha historia. Fue el primer sitio donde tocó Los Ronaldos y volvimos muchas veces. Con los años fuimos formando una pequeña familia con Pablo Novoa, Iván Ferreiro o Nico Pastoriza.

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