El Concello de Vigo avanza en la musealización de la Casa dos Mouros, en A Madroa

El gobierno local encargó un estudio para conocer la arquitectura y estructura del dolmen y su cámara funeraria

Abel Caballero y Carmela Silva visitaron ayer el dolmen para conocer la evolución de los trabajos.
Abel Caballero y Carmela Silva visitaron ayer el dolmen para conocer la evolución de los trabajos.

El Concello está realizando ya los trabajos previos a acometer la musealización de la mámoa Casa dos Mouros, situado en la subida a la Madroa, en la parroquia de Candeán. El alcalde Abel Caballero, acompañado por la primera teniente de alcalde Carmela Silva, supervisó ayer el progreso de la segunda campaña de excavación arqueológica que se está llevando a cabo en la zona, un paso necesario para revalorizar social y culturalmente este Bien de Interés Cultural Histórico de España.

Durante su visita, el alcalde destacó la importancia del dolmen, describiéndolo como “uno de los más notables de toda Galicia”, construido aproximadamente en el año 3700 antes de Cristo. Caballero subrayó que esta construcción funeraria megalítica indica la existencia de una sociedad desarrollada y estratificada en esa época, capaz de crear importantes obras arquitectónicas.

La segunda fase de excavación se centra en el estudio detallado de la arquitectura y estructura del dolmen, especialmente su cámara funeraria megalítica y su relación con los enterramientos, así como el anillo de piedras que lo rodea. Los arqueólogos están investigando el acceso a la cámara funeraria y las posibles fases de uso del sitio. Estos trabajos arqueológicos son esenciales para ampliar los estudios realizados en 2022 y preparar la mámoa para su futura musealización, lo que permitirá a la ciudadanía y a los visitantes conocer y apreciar este patrimonio histórico.

Este dolmen se cataloga como uno de los mejor conservados y de mayores dimensiones de Galicia. El dolmen está compuesto por cinco ortostatos (losas verticales) que forman las paredes del monumento y la cubierta, que se encuentra apoyada sobre una de las losas. Estas piedras forman el polígono, pesan toneladas y llegan a rondar los dos metros de altura. La cámara mide alrededor de tres metros de largo por dos de ancho. En septiembre de 1990, el Concello compró a un particular la finca en donde se sitúa el dolmen, ya que el propietario pretendía construir una casa en las inmediaciones.

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