Los comercios de Vigo y el Black Friday: “Vendemos un 30% más”
Los clientes aseguran que se gastan entre 50 y 100 euros durante la semana de descuentos en los establecimientos vigueses; el encendido de las luces perjudica
El Black Friday, o “viernes negro” es acogido por los comerciantes con buenos ojos. Los descuentos ofrecidos de hasta el 50% son un importante reclamo para los clientes, que aprovechan la ocasión para conseguir productos de cosmética, ropa o elementos tecnológicos a precios más rebajados. Ante ello, las calles principales de compras en Vigo se llenaron de compradores, en busca de la mejor ganga.
Los comerciantes mostraron su satisfacción por el evento que, en principio tendría presencia solo durante un día pero cada establecimiento pudo alargarlo hasta una semana. En grandes cadenas, incluso más. José Cerdón, de Dadá, aseguró que las ventas con respecto a otros días “aumentarán un 30% más”, aunque no se esperan diferencias significativas con respecto a otros años: “Será similar. Esto lleva funcionando 6 o 7 años y las ventas se mantienen”.
Otros comercios aseguran que están encantados con la iniciativa. Sobre todo con la venta por Internet, que ha sido un impulso importante. Desde Pikolinos afirmaron que la campaña está yendo muy bien pese a solo centrarla en dos días de forma presencial (viernes y sábado) aunque, a los clientes fidelizados les obsequian con un periodo de descuento más amplio. “Llevamos desde el miércoles con precios más bajos online y la verdad es que se está notando”, indicaron.
Las luces serán un reclamo, aunque también una problemática para los comerciantes, que verán cómo algunos clientes prefieren no transitar por las calles céntricas de la ciudad, como Príncipe, ante la expectativa de la gran cantidad de visitantes que tendrá la ciudad. De hecho, algunos comercios que se han anticipado al “viernes negro” y han ofertado descuentos durante toda la semana señalaron que, salvo ayer, las ventas fueron muy buenas, rozando ese 30% mencionado. “Las luces nos perjudican porque, aunque atraigan gente, no acuden a comprar y se forma un embudo que evita que vengan los que sí están interesados”, afirma una vendedora.
Otros comercios, sin embargo, se sorprendieron ante la poca afluencia de clientes este año, achacándolo las pocas ventas a la pérdida de poder adquisitivo de la población e, incluso, asegurando que otros años el Black Friday había sido una gran fuente de ingresos que, esta vez, no se está cumpliendo: “Vendí más la semana pasada sin descuentos que esta con el género rebajado”, aseguró una comerciante. No obstante, estos establecimientos son pocos en comparación a los demás, que aseguraron ver aumentadas sus ventas.
Los clientes, a regañadientes, han caido también en las garras del consumismo. Algunos aprovecharon para comprar ese producto que llevan tanto tiempo deseándolo y, otros, prefieren esperar a las rebajas de enero y optar por adquirir solo lo esencial. Los gastos oscilan entre los 50 y los 100 euros, la mayoría en prendas de vestir.
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