Cíes llena su cupo también en otoño
Fin del verano en el Parque Nacional
La temporada baja se inició completando a diario su aforo, apenas 450 personas. Pese a que el verano ya terminó continúan llegando visitantes de toda España y también de países muy lejanos, incluso Australia
En cuanto un viajero pone el pie en el muelle de Rodas comienzan los avisos. Prohibido dar de comer a los animales, prohibido salir de los caminos marcados, prohibido saltarse la guía en la visita al menos en la primera hora. Y ojo con las gaviotas “que están en su casa”. También hay cormoranes, pero no se ven, salvo uno que lleva todo el verano en la laguna con miles de fotografías.Cíes en el inicio de la temporada de otoño, nada que ver con el ambiente de verano. Para empezar, solo hay el 15 por ciento de los visitantes de agosto, y eso se ve en las playas, vacías, y en el silencio de las islas. También en los bares cerrados y el camping, donde se recogen las tiendas de alquiler.
Hay menos gente y mucho mayor control. 450 personas al día desde el pasado lunes, completando el aforo de la temporada baja hasta hoy, domingo. Y con turismo del resto de España, de Portugal y también de lugares tan lejanos como Australia. Puede parecer increíble, pero hay quienes recorren miles de kilómetros para conocer en directo las islas. Montse, guía redondelana, explica que la famosa promoción de Rodas como la mejor playa del mundo funciona como un cañón todavía hoy. “Tuvo un éxito increíble y viene gente de todo el mundo, sobre todo del ámbito anglosajón”, explicaba tras realizar una de las giras de una hora hasta el Alto del Príncipe, el punto culminante “y con unas vistas increíbles”, señalaba a su auditorio antes de comenzar la marcha.
Nada que ver Cíes en otoño con la imagen del verano, “con más gente que en las Ramblas”, dijo un turista. ¿Hay muchos visitantes en la temporada alta? El Parque Nacional considera que la actual sería una cifra adecuada para conjugar el interés creciente por el espacio natural con los intereses de la flora y fauna. “Se podría cerrar por completo, pero sería absurdo, ya está la isla Sur como reserva”, señalan en el Parque. Aunque es cierto que siempre está encima de la mesa la posibilidad de reducir los aforos. De momento, 1.800 excursionistas, 500 campistas y 200 más en grupos organizados, más fondeos. En agosto, unas 90.000 personas pasaron a lo largo de los 31 días, todos con el cartel de completo. Desde el 15 de septiembre todo es distinto, sin campistas ni bañistas. En cambio, sí hay rutas guiadas para conocer o el Monte Faro o el Alto del Príncipe, los dos extremos de las dos islas principales que forman una sola mientras el Atlántico lo permite.
La travesía en barco incluso es algo más corta que en verano, unos 40 minutos, frente a una hora en julio y agosto. ¿Por qué? Porque las empresas marítimas han constatado que a los viajeros les gusta ir despacio, disfrutando de la visión de la Ría desde el centro, con Vigo a un lado y O Morrazo al otro. Pero en otoño el calor aprieta menos y los motores avanzan con algo más de rapidez. Al llegar, los guías avisan que la visita se hará eligiendo una de las dos rutas. Todos agrupados para una visita. “Esto es un Parque Nacional, la máxima protección, así que hay que seguir las normas”, avisan las guías. Todo muy estricto, mucho más que en verano. A cambio, las Cíes desiertas.
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