Cartas y arte por correo postal en plena era digital

La viguesa Sara Castro envía cada mes al buzón de sus suscriptores una carta con reflexiones, poesía o manualidades

Sara Castro, en el escritorio de su casa desde el que elabora las cartas.
Sara Castro, en el escritorio de su casa desde el que elabora las cartas. | Vicente Alonso

En plena era de la inmediatez y los algoritmos, la viguesa Sara Castro (28 años) ha decidido recuperar el cada vez más inusual ritual de abrir el buzón y encontrar algo escrito a mano. Su proyecto, Gansos Salvajes, nació precisamente de esa mezcla de nostalgia y cansancio ante lo virtual. “A mí me encanta recibir cosas en el buzón… no hay nada mejor que encontrate algo escrito a mano por la mañana”, explica. La idea empezó a tomar forma cuando descubrió que muchas personas, incluso amigas cercanas, nunca habían recibido una carta. “Me daba pena que hubiera gente que no tenía nada en su buzón”, señala.

Cada mes, Castro prepara una misiva personal destinada a sus suscriptores, a quienes suele saludar con un “hola amiga” antes de compartir reflexiones, recuerdos o pequeños textos poéticos. La carta nunca viaja sola: en cada envío incluye una pieza analógica hecha a mano, exclusiva, que no aparece ni en su tienda digital ni en su Instagram. Pueden ser pegatinas, láminas o pequeños adornos. En el último envío creó a mano, por ejemplo, 16 pajaritos de papel, uno para cada suscriptora.

Aunque tiene un puesto de trabajo en la Administración Pública y no tiene formación artística, Sara Castro se considera autodidacta. Su inclinación creativa, dice, le viene de casa: “Mi mamá siempre fue muy creativa, en mi casa siempre se nos animó a crear”. Con Gansos Salvajes buscaba también aliviar la ansiedad de que todo lo que producía existía únicamente en internet: “Me daba tristeza pensar que mi trabajo solo estaba en lo digital… quería crear algo que se pudiera tocar, guardar en un cajón, y revisitarlo”.

Sus cartas viajan hoy por Galicia y por distintas partes del mundo: hay suscriptoras en Bélgica, París, Murcia, Navarra o Valladolid. La idea de que “un trozo de papel escrito por mí viaje por el mundo” sigue siendo una de sus mayores motivaciones.

En Instagram (@mismanostusmanos_) describe el proyecto como “un pequeño respiro del mundo digital” y una invitación a reconectar con lo tangible. Para suscribirse, basta con acceder al enlace disponible en su perfil y completar una cuota mensual simbólica de siete euros.

Esta iniciativa está también inspirada en los clubes de amigos por correspondencia o “pen pals”, en inglés. En los últimos años esta afición ha cogido fuerza de nuevo, especialmente entre los más jóvenes de la Generación Z, que a diferencia de los Millenial, crecieron sin la necesidad de enviar o recibir cartas por correo postal.

En diferentes redes sociales como Instagram, Discord o Reddit, los más jóvenes se organizan para tender lazos incluso entre continentes a través de la correspondencia más tradicional.

Contenido patrocinado

stats