"La primavera será suave para los alérgicos"

Carmen Marcos, alergóloga

Los expertos calculan que entre el 25% y el 30 % de la población del área de Vigo tiene alguna enfermedad alérgica, aunque la mayoría se debe a los ácaros y no a los pólenes

La doctora Carmen Marcos.
La doctora Carmen Marcos.

Los alérgicos al polén se enfrentan a una “primavera leve” en Galicia. Esta es la previsión de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, a falta de conocer cómo será la pluviosidad, otro factor que también influye en el nivel de polinización con las consecuencias para estos pacientes. “A diferencia de otras zonas de España, en Galicia puede ser lluviosa y eso conllevaría una todavía menor afectación en las personas alérgicas”, señala la jefa del servicio de Alergología del Complejo Hospitalario Vigués, Carmen Marcos.

La doctora explica que las previsiones del nivel de polinización se calculan todos los años con los datos de las 62 estaciones aerobiológicas de la Sociedad Española de Alergología, junto con los factores climatológicos de la Aemet y la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Los expertos calculan que entre el 25% y el 30 % de la población tiene alguna enfermedad alérgica en España y también en el área de Vigo.

En los municipios de la comarca viguesa la mayoría de las personas que tienen estas enfermedades respiratorias están desencadenadas por alergia a los ácaros. Les afecta durante todo el año y sobre todo en los periodos de mayor humedad. Sin embargo, son menos frecuentes las personas con enfermedades alérgicas por pólenes. En este caso, los pólenes más frecuentes que producen enfermedades alérgicas en el área de Vigo son los de las gramíneas, del abedul y de la parietaria, según explica la jefa del servicio de Alergología.

En concreto, estos pólenes pueden aparecer en la atmósfera (y por lo tanto empezar a afectar a las personas alérgicas) desde el mes de marzo, aunque los pólenes de las gramíneas están presentes principalmente en los meses de mayo, junio y julio, y el polen de la parietaria se mantiene en la atmósfera hasta otoño. Esta información la deben conocer las personas alergicas a cada polen, para poder establecer sus medidas de protección y su tratamiento.

Las enfermedades que pueden presentar las personas alérgicas a los pólenes son la rinitis, conjuntivitis y/o asma. “La misma persona puede tener todas las afecciones (rino-conjuntivitis y asma), pero en el área de Vigo, donde hay menor concentración de polen, la mayoría de las personas alérgicas solo presentan rino-conjuntivitis”, apunta.

En cuanto a los síntomas, señala que pueden llegar a ser muy molestos a nivel de nariz y ojos, con picor intenso, estornudos consecutivos ("los que conducen deben tener cuidado") y obstrucción de la respiración a nivel nasal. Además, pueden aparecer episodios de asma, que se manifiestan con asfixia, accesos de tos seca y opresión en el pecho, que incluso pueden precisar tratamiento en urgencias. “Esta última situación es poco frecuente en el área, a diferencia de otras zonas de España donde la concentración de polen es más alta”.

Las personas con enfermedades alérgicas respiratorias deben cumplir tres medidas para controlarse y llevar una vida normal, según la doctora Marcos. La primera es reducir la exposición ambiental (al polen), así como el uso de mascarillas homologadas, aplicaciones móviles, filtros anti polen en el coche y purificadores de aire en interiores. La segunda es tener un plan de tratamiento con medicamentos para minimizar los síntomas. El tercer pilar es la inmunoterapia, o vacunas antialérgicas.

"El efecto de la contaminación duplica los casos"

La doctora Marcos señala que, aunque la mayoría de las alergias se deben a los ácaros, en los últimos diez años se duplicó el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos. "La causa parece hallarse en el efecto de la contaminación y el cambio climático sobre los pólenes”. La doctora señala que la emisión de partículas contaminantes procedentes de las calefacciones y de los motores diésel altera la estructura del polen haciendo que este genere proteínas de estrés como mecanismo de defensa y aumentando su capacidad de inducir una respuesta alérgica en personas susceptibles. “Estas proteínas de estrés incrementan la agresividad del polen en las ciudades en comparación con los pólenes de zonas rurales sin contaminación. Por este motivo, en las ciudades se producen más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo", concluye. Por otro lado, en verano y otoño crece la demanda de personas que sufren reacciones alérgicas a las picaduras de insectos.

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