Un campamento multicultural en Cíes
Voluntariado
El campo de voluntariado que se realiza en el archipiélago, y que cuenta con lista de espera, es el más antiguo de España, uno de los más veteranos de Europa y el único que se desarrolla en una isla que es Parque Nacional
En la década de 1970 se puso en marcha en Cíes un campo de voluntariado internacional que ha conseguido sobrevivir al paso del tiempo hasta convertirse en el más antiguo de España, solo equiparable a Atapuerca, y en uno de los más veteranos y solicitados de Europa, para el que cientos de chicos y chicas solicitan cada año una plaza en alguno de los turnos que se desarrollan a lo largo del verano.
“El que sea el único que se realiza en una isla y en un Parque Nacional, la fama turística de Cíes y la buena experiencia de los participantes, que se lo comentan a sus amigos, son motivos que atraen a los jóvenes. Además, está muy bien organizado por parte de la dirección del Parque”, comenta Xosé Luis Garza, director del campo.
Esta iniciativa, desde que la Xunta tiene competencias, corre a cargo de la Dirección Xeral de Xuventude, en coordinación con el Parque Nacional Illas Atlánticas. Este es el segundo año en que se organizan cinco turnos, de diez días cada uno. Hoy finaliza el tercero de ellos, con 20 participantes de edades comprendidas entre los 18 y 30 años, procedentes de Galicia y resto de España, pero también de países como Alemania, Italia o República Checa.
Todos son, en su mayoría, estudiantes, alguno incluso de Biología, que buscan nuevas experiencias relacionadas con el medio ambiente. “El objetivo es que aprendan en un entorno privilegiado y mediante actividades participativas. De hecho, llama la atención que, durante estos días, se olvidan de los móviles”, recalca Garza.
Los voluntarios se alojan en un campamento aislado en la isla Norte, próximo a la playa de Cantareira. Están supervisados por un equipo de siete monitores, a los que se suma un staff de cuatro personas en cocina, por lo que sus familias no deben temer porque estos chicos pasen hambre.
Trabajo y ocio
La rutina diaria se divide en una sesión de mañana, con tres tipos de labores. Por una parte, las de tipo ambiental, con la retirada de especies alóctonas (foráneas), como el eucalipto, la crocosmia y la acacia negra, que ha entrado dentro de un nuevo proyecto piloto en las islas. También está el cuidado de playas, con la recogida e identificación de basura para conocer su procedencia y poder realizar un informe. Por último, están los trabajos de comunicación, como la realización de pequeños teatrillos de guiñol para concienciar a los niños que visitan el archipiélago.
Las tardes las tienen libres para actividades como rutas en kayak, disfrutar de la playa o ver las estrellas en este destino Starlight.
El pasado viernes, por ejemplo, visitaron la isla Sur o de San Martiño, donde tuvieron un guía de lujo: el propio director del Parque Nacional, José Antonio Fernández. “Hacen una labor extraordinaria. ¡Han llegado a retirar 1.500 brotes de eucalipto en un día! Colaboran con los agentes del Parque y se interesan por cultivos y especies como la camariña, endémica de esta zona. Entre ellos hablan en castellano, gallego e inglés. Es muy gratificante ver como disfrutan de esta experiencia”, comentó el máximo responsable. “Y él (por Fernández) se preocupa mucho de que los chicos se diviertan”, concluyó, por su parte, Garza.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último
Condado/Paradanta
El arte urbano cambia la estética del IES de Salvaterra
Elecciones en Extremadura
Cerca de 900.000 extremeños están llamados a las urnas
Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez