El cambio climático amenaza el marisqueo en Rías Baixas

Medio ambiente

El informe Clivar, sobre el efecto de este fenómeno en la Península, reveló que el afloramiento costero protege a Vigo y su área del calentamiento oceánico

Mientras el cambio climático amenaza con 'borrar' las playas del mapa, Samil continúa recuperando espacio con las obras de restauración del complejo dunar.
Mientras el cambio climático amenaza con 'borrar' las playas del mapa, Samil continúa recuperando espacio con las obras de restauración del complejo dunar. | Vicente Alonso

El Ministerio de Transición Ecológica presentó recientemente el informe Clivar, un encargo a diferentes grupos de investigación de toda España para analizar las causas y consecuencias del cambio climático en la Península. La idea es contar con datos de forma más localizada sobre este fenómeno, del que ya hay numerosos estudios a nivel global que, por lo general, no tienen en cuenta las particularidades de un lugar como la Península Ibérica, que está justo en el límite entre las zonas subtropical y extratropical. 

Uno de los grupos de investigación que participó en este informe fue Ephyslab, del Centro de Investigación Marina (CIM) de la Universidad de Vigo. A dicho grupo pertenece Moncho Gómez Gesteira, que trabajó en la parte que analiza el medio marino, que dedicó una porción importante del informe al efecto del cambio climático en las Rías Baixas, ya que son un ecosistema marino prácticamente único en la península.

De hecho, una de las primeras conclusiones del estudio apunta que el afloramiento costero –un fenómeno muy particular propio de esta zona– tuvo un “efecto protector” en cuanto al incremento de la temperatura superficial del agua del mar: “La fachada atlántica de Galicia parece ser un ‘reducto’ frente al calentamiento oceánico”, explica Gesteira, quien añade que “las predicciones para el futuro parecen indicar que la temperatura de las aguas superficiales atlánticas a finales del siglo XXI será 2,5ºC por encima del período de referencia (1955-1984), bastante menor que para otras zonas de la Península como el Mediterráneo o el Golfo de Vizcaya”.

Sin embargo, la otra gran consecuencia del cambio climático según apunta este investigador es una importante amenaza a una de las grandes actividades productoras de las Rías Baixas como es el marisqueo. Moncho Gesteira apunta, en base a numerosos estudios realizados a escala gallega, que “los cambios en la temperatura del agua y la estratificación serán más desfavorables para el crecimiento de especies como el mejillón a lo largo del siglo XXI”.

Además, advierte de que “en general, las condiciones futuras de mortalidad de bivalvos como almejas y berberechos por bajadas de salinidad serán peores que las observadas históricamente, especialmente para la Ría de Arousa”, una de las principales zonas de producción de estos moluscos. Gesteira apunta también que los bancos de marisqueo situados en las partes interiores de las Rías Baixas podrán verse afectados por el aumento de las temperaturas, reduciendo las áreas de producción a finales de siglo.

Ciudades convertidas en islas de calor

La también investigadora del grupo Ephyslab Raquel Nieto, que trabajó en la parte más relacionada con la atmósfera del informe Clivar-Spain 2024, indica que se observa un aumento generalizado de las temperaturas en toda España que está provocando que el 80% de la población que vive en grandes ciudades experimenta cada año récords de temperatura, lo cual ha convertido las ciudades en verdaderas “islas de calor”.

Además, Nieto advierte de un aumento de la evapotranspiración: “Implica que aunque tengamos un patrón de precipitaciones normal, la atmósfera demanda más humedad con el aumento de temperatura, lo que implica reducción de humedad en el suelo y más aridez y, por lo tanto, sequías”. Las borrascas, por su parte, cada vez se generan más hacia el norte y eso hace que lleguen menos a la Península, agravando dicha aridez.

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