C. Tangana y su film: "El sonido fue una odisea"
Regresó a Vigo por el estreno de su primer trabajo como director, un documental sobre la guitarra flamenca de Yerai Cortés
C. Tangana regresó a Vigo y, en esta ocasión, el motivo no tuvo nada que ver con el Celta. Antón Álvares, también conocido como El Madrileño, acudió a los Cines Tamberlick y de Travesía junto a Cris Trenas, productora, para presentar “La guitarra flamenca de Yerai Cortés”, su primer trabajo como director.
La expectación se podía palpar en el ambiente desde la hora anterior. Los asistentes acudían hasta los cines, con bastante tiempo de antelación, para asegurar su butaca en el documental y durante el coloquio, o presentación, con el artista. Además, algunos de los asistentes acudieron con algún regalo para el artista o con alguna petición, como un joven que le pidió una firma en su camiseta del Celta. El primer encuentro de Antón fue en los cines de Travesía, donde realizó un coloquio tras el primer pase del film. Sin embargo, a pesar de que el evento estaba programado para las 19:30 horas, C. Tangana llegó con retraso y acabó entrando en la sala media hora más tarde.
El Madrileño recibió una ovación, llena de aplausos, nada más poner el pie en la sala, donde sus fans vigueses más acérrimos esperaban llenos de expectación. Sin embargo, dado al retraso del encuentro, solo pudieron hablar con él unos pocos afortunados durante unos escasos 15 minutos.
Durante la ronda de preguntas del coloquio, Antón respondió cuestiones técnicas y algunas personales sobre lo que fue el proceso de creación y montaje detrás de “La guitarra flamenca de Yerai Cortés”. “Es una película hecha desde la perspectiva de que el documental le hiciera bien a la familia de Yerai, priorizando una edición que buscase momentos importantes para ellos y que al final acabaron siendo muy emotivos y bonitos”, comentaba el artista.
Otra de las cuestiones que sembró dudas en el público fue el sonido de la película. C. Tangana explicó que para captar el sonido fue toda una odisea, en la que llenaron la casa, las cámaras y la ropa de los participantes de micrófonos para captar este elemento, tan vital para el documental. Además, remarcó la importancia de los planos secuencia con el fin de crear en el espectador “una sensación de mostrar el momento tal cual sucedió” y también habló de su “preocupación de vincular el espacio”.
Además, Antón aseguró que este documental y el disco de Yerai, que lleva el mismo título que la película, se complementan, algo que enriquece la experiencia artística.
Y así, de la misma forma en la que entró, C. Tangana abandonó la sala.
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