Boda y luna de miel a la gallega en Vigo aplazada cinco meses por el covid

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Juan y Marta tenían que haberse casado en marzo. El coronavirus aplazó su boda y canceló su luna de miel primero a China y después a EEUU. Ayer se dieron el sí quiero en el juzgado, donde hubo sorpresa a ritmo de gaitas.

a.j.pastor

Publicado: 03 sep 2020 - 00:53 Actualizado: 04 sep 2020 - 02:34

Juan y Marta, ayer, recibidos por un grupo de gaitas a la salida del juzgado.
Juan y Marta, ayer, recibidos por un grupo de gaitas a la salida del juzgado.

Lo tenían todo planeado: celebración, fiesta, luna de miel... Pero el coronavirus tiró por tierra sus planes. Juan Díaz y Marta Pereira son una de las numerosas parejas viguesas que tuvieron que posponer su boda a consecuencia del estado de alarma. Tenían que haberse casado el 25 de marzo y después haber disfrutado de una luna de miel en China. La pandemia les hizo cambiar de destino, EEUU, pero tampoco pudo ser al quedar blindado poco después por la incidencia del virus. Ayer, con cinco meses de diferencia de la fecha prevista, lograron darse el sí quiero en el juzgado, en una ceremonia con mascarilla, restricciones y con un viaje de novios ‘provisional’ más cercano y adaptado a la actual situación, en una casa rural en Galicia.

A pesar de los contratiempos, lo tenían claro, “la pandemia no nos iba a impedir casarnos”, explicaba la novia. Y la ceremonia, pese a la sobriedad fue muy especial. La familia de los novios decidió darles una sorpresa con la que no contaban. A la salida del juzgado, un grupo de gaitas ponía música al enlace y emocionaba a la pareja, “feliz” a pesar de las circunstancias. “Cuando nos llamaron del juzgado para poner una nueva fecha tras levantarse el estado de alarma, vimos que podíamos casarnos el 2 de septiembre, un día muy importante porque es cuando nos conocimos, así que no nos lo pensamos”, relataban.

La ampliación de agenda del Registro Civil a tres días a la semana para agilizar las bodas pendientes permitió a Juan y Marta contraer matrimonio ayer, a pesar de ser un miércoles. “Los celebraremos con las personas más cercanas, pero por partes, para no juntarnos muchas personas, ya que tenemos varios familiares de riesgos”, decía Juan. Será algo ‘provisional’, añadía Marta a la espera de que termine la pandemia.

Será entonces cuando no sólo retomarán la fiesta perdida sino también el viaje soñado. “De momento, nos vamos unos días por Galicia”, afirmaban mientras incidían en que lo importante al fin y al cabo era poder “estar juntos”.

La música de las gaitas fue “especial”, emotiva e inesperada, aseguraban. Los artistas se habían preparado para no ser vistos a la llegada de los novios al juzgado. Así, se desplazaron a la parte trasera del edificio de la Audiencia, amenizando con el ensayo, a los detenidos que esa mañana se encontraban en los calabozos.n

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