La autovía A-55 eleva en 2024 su peligrosidad con una media de un accidente al día

La cifra de colisiones con daños ya supera al pasado año y es la más alta en al menos los últimos siete. El mejor dato, el descenso de heridos y víctimas en la considerada peor carretera de la red viaria estatal por siniestralidad, sin relevo a la vista

La A-55 se ha consolidado oficialmente por la concentración de accidentes como una de las carreteras más peligrosas de la red estatal. Y además, con un tráfico creciente, de hasta 60.000 coches en los momentos álgidos y sin la alternativa en túnel a la vista. Destaca la proliferación de radares fijos de control de velocidad, con cinco, uno de ellos entre los que más multan de España, con 60.117 al año. El último activado por Tráfico se sitúa en la bajada hacia Vigo desde Puxeiros. Otro más, a la salida de Vigo, vigila cumplir ITV y seguro.
La A-55 se ha consolidado oficialmente por la concentración de accidentes como una de las carreteras más peligrosas de la red estatal. Y además, con un tráfico creciente, de hasta 60.000 coches en los momentos álgidos y sin la alternativa en túnel a la vista. Destaca la proliferación de radares fijos de control de velocidad, con cinco, uno de ellos entre los que más multan de España, con 60.117 al año. El último activado por Tráfico se sitúa en la bajada hacia Vigo desde Puxeiros. Otro más, a la salida de Vigo, vigila cumplir ITV y seguro.

La autovía A-55 alcanzará con toda probabilidad este año un nuevo techo en cuanto al número de accidentes: lleva casi 300 hasta noviembre lo que supone prácticamente un promedio de uno al día rumbo a 360, y de momento ya lleva más heridos que el año anterior, pese a que todavía quedan casi dos meses para que acabe 2024. Una estadística negra que confirma la peligrosidad absoluta de una de las carreteras con mayor siniestralidad de toda la red viaria estatal. Que seguirá en el pódium durante muchos años más, al no haber fecha ni estimación para su jubilación, con la autovía alternativa en túnel -la prolongación de la A-52- en fase embrionaria de tramitaciones y permisos ambientales.

La Jefatura de Tráfico ya maneja datos oficiales que confirman que en lo que va de año se han producido más accidentes en la A-55, aunque también destaca que han sido menos graves. Como resumen general, desde el 1 de enero hasta el pasado día 6 de noviembre, y con relación al mismo período del año anterior, aumentaron de forma muy importante el número de accidentes con daños materiales y disminuyen muy ligeramente los accidentes con daños personales.

El único dato positivo es la disminución de personas fallecidas: el año pasado fueron tres, todas ellas en el tramo entre Porriño y Tui, que se ha convertido en el más peligroso, en tanto que en 2024 se ha registrado una víctima mortal, también en la misma parte de la autovía. Entre Vigo y Porirño no hay apenas heridos graves debido sobre todo al estricto control de velocidad y los radares, cinco en doce kilómetros.

Entre el 1 de enero y el 6 de noviembre del año 2023, siempre según Tráfico, se registraron 168 siniestros de daños materiales y 67 con víctimas de distinta consideración, en su mayoría heridos leves. Hubo tres fallecidos y un lesionado grave siendo leves los otros 97 heridos. En el mismo período de 2024 hubo 227 siniestros con daños materiales (59 más, lo que supone un incremento del 37 por ciento) y 66 siniestros con víctimas, prácticamente el mismo número, con un fallecido, un herido grave y 123 heridos leves, una subida del 25 por ciento.

En cuento a los últimos seis ejercicios el récord de accidentes se sitúa en 2018, con 308, una cifra que se va a superar con toda probabilidad. No obstante, ese mismo año y el siguiente el total de heridos leves fue muy superior: hay cada vez más colisiones, pero de menor gravedad, la única nota positiva.

Unos 9.000 choques desde que se puso en servicio

Los datos acumulados apuntan a que en los más de 30 años de la A-55 se habrían producido al menos 9.000 accidentes a un ritmo que acerca a 300 al año, de ellos dos tercios solo materiales, sin víctimas, incidentes de “chapa y pintura”, como señalaba hace años la Jefatura de Tráfico, los más habituales por alcance. Especialmente en la subida de Mos hacia Puxeiros. Los cinco últimos ejercicios han mantenido la media: en 2023 fueron 298, de ellos 82 con víctimas y en 2022 otros 292, 98 con heridos. En 2018 se alcanzaron los 308, y 140 de ellos contaron con heridos de distinta consideración. La cuenta incluso era más alta en los primeros años, hasta que se limitó drásticamente la velocidad a 80, con partes incluso a 60, y se colocó la mayor red de radares, con seis en apenas doce kilómetros, desde Puxeiros hasta Porriño. Para este 2024 es probable que haya unos 360, uno al día.

En cuanto a accidentes con víctimas se sitúa en unos 100 al año, con pequeñas oscilaciones, con unos 150 heridos de media. En 2023 fueron 82 siniestros con 123 víctimas (tres fallecidos), y en 2018, en cambio, llegaron a 140, con 259 heridos, la mayoría leves. Incluso en 2020, con el covid que redujo la circulación, hubo 72 siniestros con víctimas y cuatro heridos graves y 106 leves. Ha descendido la mortandad, antes muy elevada de Vigo a Porriño: ahora los fallecidos se dan entre Porriño y Tui.

Proliferación de radares, entre los que más multan de la red

La A-55 se ha consolidado oficialmente por la concentración de accidentes como una de las carreteras más peligrosas de la red estatal. Y además, con un tráfico creciente, de hasta 60.000 coches en los momentos álgidos y sin la alternativa en túnel a la vista. Destaca la proliferación de radares fijos de control de velocidad, con cinco, uno de ellos entre los que más multan de España, con 60.117 al año. El último activado por Tráfico se sitúa en la bajada hacia Vigo desde Puxeiros. Otro más, a la salida de Vigo, vigila cumplir ITV y seguro.

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