La N-550 a Redondela y la autovía A-55, las más vigiladas por la DGT

DGT

Ambas carreteras concentran doce de los 50 radares en la provincia y tres cámaras para móvil y cinturón

Retenciones en la A-55 cerca de Tameiga,  Mos, uno de los tramos con más radares, por un siniestro de tráfico.
Retenciones en la A-55 cerca de Tameiga, Mos, uno de los tramos con más radares, por un siniestro de tráfico.

El trágico accidente de motocicleta registrado recientemente en la N-550, a la altura de Cesantes, en el que perdieron la vida dos jóvenes de Vigo, ha vuelto a poner el foco sobre los tramos de esta carretera convencional con un alto índice de siniestros. Tráfico incluye esta vía, que une Porriño con Redondela, en el mapa de tramos fuera de autovía de especial vigilancia y está considerado como uno de los más peligrosos. De hecho, la N-550 es junto con la A-55, entre Vigo y Porriño, la más controlada tanto por radares como por los denominados equipos automáticos de detección de infracciones (cámaras que se percatan de si los ocupantes llevan puesto el cinturón o si se hace un uso indebido del móvil al volante).

La lista de cinemómetros, tanto móviles como fijos, instalados en las carreteras de la provincia, se mantiene invariable este verano. Del medio centenar situado de norte a sur, (más de la mitad en el área de Vigo) doce se concentran en la carretera a Redondela y la autovía a Porriño, con seis radares para cada una. Entre ellos se encuentran además dos destacados en el ranking nacional por el número de multas, el principal es el situado en Tameiga, en la A-55, que se mantiene entre los puestos de cabeza, y el colocado en Os Valos de la mencionada Nacional. No obstante, ese excesivo control no ha evitado la siniestralidad, aunque sí ha reducido la gravedad de los accidentes, al menos en la autovía, que ha dejado de ser ‘punto negro’.

No ocurre lo mismo en la N-550, que no solo ha dado muestras de peligrosidad en la provincia, sino también en la de A Coruña, en Ordes concretamente, donde murieron dos personas este año en una colisión registrada en una curva que, como la de Cesantes, suma una docena de víctimas en más de dos décadas.

Mientras, los radares siguen muy activos. Solo durante el año pasado, Tráfico impuso 195.992 multas a conductores en toda la provincia, según los últimos datos publicados por la Dirección General, lo que supone una recaudación que superaría los veinte millones de euros.

El Ministerio de Transportes, que avaló la seguridad de la curva de Cesantes, tiene entre sus planes realizar un análisis exhaustivo de la red de carreteras convencionales de demarcación del Estado después de detectar en su último balance que el mayor porcentaje de accidentes graves tiene lugar en este tipo de vías. En concreto, concentran el 74% de los siniestros mortales ocurridos en la provincia. El trazado, en muchos casos, el estado del firme o la señalización serán objeto de revisión, además de la velocidad y la afluencia de vehículos. No obstante, también hay previsión por parte de Tráfico de aumentar el número de radares de tramo por toda España (en el área de Vigo solo hay uno), con un total de 88 cuya situación todavía no se ha dado a conocer. En el área de Vigo, las carreteras convencionales con mayor número de siniestros graves son autonómicas, de ahí que la Xunta lleva más de un año trabajando con Inteligencia Artificial para un plan de actuación.

El número de víctimas en aumento, 19 hasta la fecha

Con el fallecimiento de dos jóvenes motoristas de Vigo, la cifra de víctimas en carretera en la provincia en lo que va de año asciende ya a 19, cinco más que las registradas en 2023, según los últimos datos de Tráfico. La máxima preocupación sigue estando en los siniestros de moto, ocho mortales hasta la fecha. La mayor afluencia de este tipo de vehículos durante el periodo estival incrementa el riesgo para los conductores. El último dato apunta a que hay más de 30.500 motos matriculadas en la provincia y que los desplazamientos se multiplican a partir del mes de junio con los trayectos a las playas y lugares de ocio. Las recientes campañas de la Guardia Civil han puesto ya el foco en estos usuarios considerados vulnerables y que, junto con los peatones, conforman los colectivos que requieren mayor protección en las carreteras.

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